En EEUU, donde tienen fama de calcular el valor contable de todo (como en casi todas partes, añado yo), no ha pasado desapercibido el impacto económico de la escalada. Así, un estudio de la Asociación de Industrias del allí llamado “Outdoor”, afirma que los norteamericanos gastan 646 billones de dólares (allí un billón es un millar de millones) cada año en actividades deportivas al aire libre, o como quiera que se traduzca el término Outdoor, generando alrededor de unos 100.000 puestos de trabajo. Otro estudio de la Universidad de Kentucky concluye que solamente los escaladores que acuden a Red River Gorge, renombrada escuela de escalada del sudeste de dicho estado, y en una de las zonas más deprimidas de todo EEUU, aportan anualmente unos 3,6 millones. Es un buen motivo para ser cortejados por las autoridades y munícipes locales. Se mueve dinero con esto del monte, así que la Cámara de Comercio e Industria de los Vosgos, Francia, organiza la 6ª Bienal Europea de Montaña, solo para profesionales e instituciones y cuya temática principal versará sobre “Transición energética y materiales del futuro. Innovaciones adaptativas en montaña”. Aquí yo ya me pierdo y me quedo como antes, aunque me imagino que es una manera de mover dinero como cualquier otra, por ejemplo los Seminarios de Empresa organizados en montaña, que según dicen diversas páginas de negocios gozan de enorme éxito.