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Entrevista
AITOR SAN ROMÁN ZABALA
VOLUNTARIO DE MIRENTXIN GIDARIAK

«Nuestra labor es llegar hasta la cárcel, asegurarnos que los familiares hacen su visita»

Este deriotarra forma parte desde hace unos catorce años de Mirentxin Gidariak. Conduce regularmente las furgonetas en las que viajan familiares y amigos de los presos vascos a las cárceles y además se encarga del mantenimiento de los vehículos. Estos días ultima detalles de la Furgo Martxa, que han convocado para el sábado entre Larrabetzu y Bilbo.


¿Qué les lleva a organizar la Furgo Martxa?

Son ya 16 años que Mirentxin Gidariak emprendió su andadura, de la nada hasta lo que somos hoy en día. Ha llegado el momento de no hacer más viajes porque se ha acabado con la dispersión. Es una realidad que se vive cada semana: desde diferentes puntos de Euskal Herria, fin de semana tras fin de semana, son cientos los coches, furgonetas o diferentes medios de transporte que trasladan a familiares y amigos de presos políticos vascos a cárceles alejadas recorriendo miles de kilómetros.

¿Por qué han elegido Bilbo y Larrabetzu como escenarios de su singular movilización?

Queríamos que fuera una iniciativa multitudinaria, diferente e impactante. Debía ser un municipio grande, una capital, y es por lo que elegimos Bilbo. Y Larrabetzu, porque era necesario una localidad cercana a Bilbo con capacidad para aparcar 600 vehículos. No es fácil. Debemos subrayar que Larrabetzu nos puso todas las facilidades, por lo que les estamos muy agradecidos tanto a sus vecinos como al Ayuntamiento. Saldremos de Larrabetzu y retornaremos tras la marcha, esa opción no la teníamos en Bilbo ni en otra capital.

¿Cómo se puede participar?

Existen listas en cada pueblo y barrio. Si bien es cierto que no es necesario estar apuntado, sí lo agradecemos de cara a calcular la cantidad de participantes y por cuestiones de organización. Se han repartido ya pegatinas para los vehículos para calcular un mínimo, pero no es necesaria para sumarse. Animamos a que venga todo el mundo, cuantos más seamos mejor. Al adquirir la pegatina se coge el compromiso de partipar en la caravana, que partirá a las 11.00 y finalizará sobre las 15.00. A partir de esa hora, que cada uno haga lo que prefiera.

En cuanto al tipo de furgoneta, hemos tomado las que son similares a Mirentxin, además que marchas de coches ya se habían hecho y buscábamos algo diferente. También nos gustaba la idea de que participaran vehículos tipo camper o incluso autocaravanas. Reflejan el sentimiento de familiares y amigos de presos, que cada vez que salen de visita tienen la sensación de ir «con la casa a cuestas».

¿Solo en furgoneta?

Se puede tomar parte de muchas maneras en la Furgo Martxa. Desde las personas que acudirán con su furgoneta, hasta quien irá a Bilbo para ver su paso, o también se podrá acudir a Larrabetzu, donde hay programadas actividades de todo tipo y para todas las edades desde las 17.00 hasta la noche.

Puede que haya quien aún no conozca a Mirentxin Gidariak.

Somos un grupo de voluntarios que da servicio a familiares y amigos de presos para que puedan acudir a las visitas en las cárceles. Llevamos 16 años viajando y siempre hemos sido un grupo anónimo y nos gustaría seguir siéndolo. Somos personas tratando de hacer más llevaderas las dificultades que acarrea la dispersión. La Furgo Martxa es un acto puntual de denuncia que queremos que sea espectacular, llamativo, algo bonito en lo que además pueda participar todo el mundo. Pero no es nuestra labor promover actos de este tipo.

Con la marcha tratan también de homenajear a las personas solidarias que hacen posible Mirentxin Gidariak. ¿Cuál es la salud de esa solidaridad?

Mirentxin Gidariak parte de un pequeño grupo de cuatro o cinco voluntarios. A día de hoy, lo forman más de ochocientos; es decir, la salud de la solidaridad hacia los familiares de los presos va en aumento y estamos en posición de poder afirmarlo.

Para este evento ha sido imprescindible, y así queremos decirlo, contar con muchísima gente que no es parte de Mirentxin Gidariak. A toda esa gente, queremos agradecerle su participación y ayuda para que esto sea posible, con todo su trabajo absolutamente desinteresado y de forma voluntaria.

¿La represión se deja notar?

Los ataques represivos siempre han estado ahí durante estos 16 años. Un obstáculo siempre presente que hemos tenido que sortear. Presiones por parte de los cuerpos policiales a las empresas que nos alquilaban furgonetas, identificación de los chóferes en las habitaciones del hotel en el momento que tienen para dormir... Repito, los vemos como obstáculos, como puede ser una nevada o un fallo mecánico. Nuestra labor es llegar hasta la cárcel, asegurarnos que esos familiares y amigos llegan a su visita. Mientras podamos realizar esa función, lo demás lo consideramos un obstáculo.

Tras la marcha, ¿cuáles son sus retos más próximos?

Nuestro reto es seguir con nuestro compromiso semana a semana. Cumplir con esa labor. Nuestro reto diario es no suspender un viaje y sus respectivas visitas por las condiciones climatológicas, por averías mecánicas, por cambios de última hora… y saber dar respuesta y plantear soluciones a cada uno de los problemas en cada momento.

Lo consideramos bastante reto, independientemente de los obstáculos a los que nos enfrentamos, que nos ponen o que nos encontramos, poder hacer nuestro trabajo con los mejores resultados: que nadie pierda su visita, respetar los horarios establecidos, que los familiares y amigos puedan tener su visita y conseguir también que un viaje largo y pesado pueda ser un momento alegre y ameno compartiéndolo con otros familiares y amigos de presos.