19 MAY. 2016 POLÍTICA CARCELARIA DE EXCEPCIÓN EN EUSKAL HERRIA 25 presos vascos en aislamiento, contra el criterio de la ONU El caso de Itziar Moreno en Fresnes, que ha derivado en una huelga de hambre que hoy cumple diez días, devuelve al primer plano la aplicación del aislamiento a los presos y presas vascas. Hoy día son 25 quienes lo padecen según el listado de Etxerat, mientras Sare recuerda que ello vulnera las Reglas Mandela aprobadas por la ONU el pasado año. Última actualización: 19 MAY. 2016 - 13:03h R.S. DONOSTIA Fresnes es el último exponente de una cruda realidad generalizada: la aplicación del aislamiento a presos y presas vascas. El encierro de Itziar Moreno en este régimen junto a otros 40 presos sociales tras una protesta por las condiciones de vida ha desencadenado una huelga de hambre de los prisioneros vascos allí encerrados (hoy cumple diez días) y la entrada en celda de castigo (mitard) de las prisioneras. Llegan además noticias de movilizaciones solidarias en penales como Osny, a lo que se une una campaña de masivo envío de cartas a Jean-Jacques Urvoas, ministro de Justicia, desde Euskal Herria. La red Sare destacó ayer que esta práctica vulnera el capítulo 44 de las llamadas Reglas Nelson Mandela, introducidas el pasado año por la ONU a modo de estándar internacionalmente válido para el cumplimiento de los derechos humanos en las prisiones. Pese a que en este punto se rechazan tanto el «aislamiento indefinido» como el «prolongado» o el «encierro en una celda oscura o permanentemente iluminada», en estos parámetros encaja la situación que atraviesan actualmente 25 presos y presas vascas, «y no es un día o una semana, sino meses y años también», recuerda Sare. Las Reglas Mandela catalogan como aislamiento la imposición de «un mínimo de 22 horas diarias sin contacto humano apreciable». El último listado existente sobre presos sometidos a aislamiento, elaborado por Etxerat, incluye a Harriet Iragi y Juan Ramón Carasatorre en Albocasser; Arantza Zulueta en Puerto III; Aritz Arginzoniz, Juan Carlos Besance, Bittor Franco, Xabier García Gaztelu, Fernando García Jodrá, Sebas Lasa, Iker Lima, Angel López Anta, Aitzol Maurtua, Iker Olabarrieta, Patxi Ruiz, Nerea Bengoa e Irantzu Gallastegi en Huelva II; y Gurutz Agirresarobe, Iker Arakama, Rufino Arriaga, Asier Arzallus, Juan Mari Etxebarri, Garikoitz Etxeberria, Jesus Goikoetxea, Roberto Lebrero e Iñigo Vallejo en Sevilla II. Todos, como se aprecia, en la otra punta de la Península. Zulueta como ejemplo Aunque las casuísticas no son idénticas, el ejemplo de Arantza Zulueta, muy denunciado en estos últimos meses, puede ilustrar qué supone el aislamiento. No puede ver ni hablar con nadie en todo el día salvo con funcionarias de prisión, pasa 20 horas al día en la celda, en el patio está sola, al salir es sometida a un riguroso cacheo y el habitáculo se registra a diario. El contacto con abogados y otras visitas se complica además por los 1.100 kilómetros de distancia respecto a casa. El colectivo médico Jaiki Hadi ha alertado en sus informes sobre las afecciones de esta medida de castigo prohibida en otras legislaciones europeas, más aún cuando se aplica durante meses o incluso años de modo ininterrumpido (uno de los casos más conocidos fue el de la navarra Joxepa Ernaga, ya en libertad). «Es mucho más preocupante en los casos de personas con enfermedades mentales graves a las que se somete a este tipo de régimen de vida –añade Jaiki Hadi–. Aunque tienen vetada la aplicación de este régimen de aislamiento, de hecho hay presos que se encuentran en dicha situación», avisan los sanitarios. 22 HORAS La ONU tipifica como aislamiento la imposición de «un mínimo de 22 horas sin contacto humano apreciable», pero entre los vascos hay quienes pasan las 24 horas del día sin poder ver y hablar más que a funcionarios de prisión.