REAL MADRID 93

LABORAL K. BASKONIA 88

Labora Kutxa Baskonia jugaba ayer su partido número 64 desde que comenzara la temporada 2015/16. Y lo que te rondaré. Quizá porque los partidos de Berlín pesaban aún en las piernas, quizá por lo que se avecina una vez acabe la Liga Regular, el cuadro de Perasovic no estuvo ni de lejos a su mejor nivel de intensidad. Y sin intensidad, este Baskonia no puede ganar, por mucho que al final le pusiera empeño en la remontada.

No es una crítica ventajista ni una justificación el renglón de arriba. El propio Velimir Perasovic ha declarado en más de una ocasión que «no tenemos el suficiente talento para ganar sin defender intensos». Hasta el propio marcador del Barclaycard Center se tomó un respiro durante el tercer cuarto, retardando unos minuto el partido.

Sea como fuere, lo cierto es que Laboral Kutxa Baskonia le hizo caso a su entrenador, en el sentido de mostrarse incapaz de ser realmente competitivo hasta que ya era demasiado tarde. Tampoco es que el Real Madrid jugara a tope de revoluciones, sobre todo porque tenía las ausencias de Sergio Rodríguez, Rudy Fernández o KC Rivers. Pero su inmenso fondo de armario –mientras que el del Baskonia volvía a verse menguada con la recaída de Causeur. A cuenta de ello, el Baskonia se hará para los play offs, si nada se tuerce, con el ex del CAI Michael Roll, que llega de promediar 16,5 puntos en la Liga Turca–, con un Gustavo Ayón rozando el triple doble, le bastó para sumar una victoria que lo relanza en la pelea por la primera plaza de la Liga Regular.

Los 20 primeros minutos fueron un auténtico calvario porque el Real Madrid atacó como le dio la real gana, en especial un Gustavo Ayón que si no anotaba, sacaba un pase para un compañero liberado de marca. Tal fue el «baño» de los de Laso, que se puede decir que el 53-38 del descanso resultó casi un mal menor, fruto de que la escuadra merengue perdonaba un buen número de triples liberados y tiros libres.

Partido antipático

Acabó siendo un partido tirando a antipático. Los árbitros establecieron el «listón ACB», según el cual prácticamente cada contacto es punible, algo que acabó por desquiciar un tanto a los jugadores. Tampoco ayudó que el encuentro viviera un retardo bastante prolongado en el tercer período, a cuenta de una avería en el marcador.

Entre una cosa y otra, Laboral Kutxa Baskonia fue metiendo una marcha más a su juego, sobre todo en ataque. «¡Os preocupáis mucho de cómo anotar, pero no lo hacéis para defender!», les espetaba Velimir Perasovic a sus muchachos en un tiempo muerto. Ciertamente, el de Split tenía motivos para estar enojado con los suyos, que se acordaron de lo que son y representan cuando el Real Madrid, mediado el tercer período, se escapaba con 21 puntos de renta: 64-43.

Un parcial de 0-7 logrado entre Tillie, Bertans y Hanga fue el preludio de un acoso baskonista que llegaba más de su propia mala leche que del juego. El Real Madrid había vendido la piel del oso antes de hora, y el propio Pablo Laso dio minutos de menos a Ayón y minutos de más a un Willy Hernangómez al que los cantos de sirena de los New York Knicks lo tienen algo atontado. El propio Nocioni se quedó inédito, por mucho que el triunfo madridista pudo estar en solfa en el último cuarto, merced a otro parcial de 0-7 que obtenían los de Perasovic nada más arrancar el asalto final.

Mike James, muy superior anoche a un Adams fallón –pese a su 3 de 18, superó a Espil como máximo triplista del Baskonia en una temporada, al alcanzar ya 92 canastas de tres, por delante de las 91 del argentino–, más los buenos minutos de Ilimane Diop, arrimaron al Baskonia a una distancia por debajo de los 10 puntos: 85-78.

Técnica y tiros libres

La quinta falta de Diop y la consiguiente técnica al banquillo –el joven pívot se marchó muy enojado y sus compañeros pagaron los platos rotos– daban aire a un Real Madrid que, pese a saberse superior, no terminaba de cerrar un partido que había dominado.

Los árbitros, con su enojoso criterio de faltas, y el acierto de Ayón y Sergi Llull, terminaron de decantar un partido en el que la competitividad baskonista fue solo a tiempo parcial. Y así, por desgracia, no le alcanza.

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Álex Mumbrú es el ganador del «Premio Endesa 2015/16». El capitán del Dominion Bilbao Basket se lleva un galardón que premia al jugador de la Liga ACB Endesa que «mejor ha sabido aprovechar su energía para ganar y que combina los valores de liderazgo, eficacia, actitud, generosidad y entrega». El badalonés sucede a Felipe Reyes en el palmarés.