Mikel Nieve siempre responde
El leitzarra logró la victoria de etapa con la libertad que tiene tras la retirada de Landa y Amador arrebató la maglia rosa a Bob Jungels.
Mikel Nieve (Sky) logró ayer su segunda victoria en el Giro de Italia en la meta de Cividale del Friuli después de asumir tras la retirada de Mikel Landa el objetivo de buscar una etapa como hizo en la Vuelta de 2010 al estrenar su palmarés en Cotobello dos días después de la caída que obligó a abandonar a Igor Antón con el maillot rojo de líder.
El leitzarra siempre responde. Acudió al Giro tras cambiarle su calendario su equipo la semana anterior por la baja de Sergio Luis Henao, que se sumaba a la de Beñat Intxausti. En su programa estaba descansar para preparar el Tour y se retiró en Romandía para organizar su viaje a Holanda para acompañar a Mikel Landa hasta el día de su retirada, en el que perdió sus opciones a una buena general.
Sin un líder al que apoyar, Nieve asumió la responsabilidad de buscar un triunfo de etapa y la que logró ayer tiene un mayor valor porque no entró en la fuga cuando se formó, sino que lo hizo con un contraataque. Luego se aprovechó del trabajo de Lampre, que buscaba la maglia rosa con Ulissi en la fuga, y Cannondale hasta que llegó el puerto más duro de la jornada, el de Porzus, de Primera, que se coronaba a 30 de meta, Allí Nieve demostró que era el más fuerte no solo de la escapada, casi de todo el Giro.
Subió al ritmo de los mejores
El grupo de favoritos apenas le pudo recortar tiempo en esa ascensión, en la que Astana empezó a buscar la debilidad del líder Bob Jungels. El leitzarra coronó el puerto a 30 de meta con 27 segundos sobre Visconti y Dombrowski y 2:25 al grupo de favoritos y en la última subida del Valle aventajaba en 47 segundos al italiano de Movistar y en 2:10 al grupo del que tiraba Nibali tras varios ataques que descolgaron a Amador y Jungels.
Solo en el último tramo de descenso y de llano perdió tiempo el leitzarra por la pelea por la maglia rosa que logró el costarricense tras empalmar con el grupo de favoritos y distanciar a Jungels. Nieve no tenía que arriesgar y además quiso celebrar su cuarta victoria como profesional, que como las tres anteriores las ha logrado en grandes escenarios. Tras su triunfo de Cotobello en la Vuelta de 2010, se impuso en la jornada más dura que se recuerda en el Giro en 2011 en Gardeccia con 6.100 metros de desnivel y en la última etapa de Dauphiné de 2014 en Courchevel tras fallar Froome. Es su sino, casi nunca ha salido como jefe de filas y siempre ha respondido cuando se ha quedado sin un líder y así ha acabado entre los doce primeros siete de sus diez grandes.
Este año lo tiene más difícil porque tras acompañar a Landa en su sufrimiento comenzaba la etapa ayer a más de 45 minutos, pero siempre va a más y tras disfrutar de su victoria dejaba claro que «después del abandono de Mikel Landa el objetivo era ganar una etapa, ésta era propicia y lo hemos logrado. Ahora buscaremos más victorias. La de mañana –por hoy– es muy dura, pero quedan más etapas de montaña y buscaré otra».
Más de 5.400 metros de desnivel en la etapa reina
El Giro afronta hoy su etapa más dura con más de 5.400 metros de desnivel en los 210 kilómetros que llevarán a los corredores de Alpago a Corvara con seis puertos, de los que cinco superan los 2.000 metros de altitud. Se sale a 350 metros sobre el nivel del mar y se sube sin parar hasta llegar a la cima del Pordoi, situada a 2.239, en el kilómetro 94. Luego se ascienden Sella (2ª), Gardena (3ª), Campolongo (2ª), Giau (1ª) y Valparola (2ª), que se corona a veinte de meta. Además les espera una rampa de 400 metros al 19% a 4,5 de meta. Una jornada en los Dolomitas muy dura que puede marcar la cronoescalada de mañana a Alpe di Susi.GARA