¿Es Arnaldo Otegi un Pokémon?
Hace un puñado de años, era uno de esos chavales que se dejaba los pulgares tratando de capturar Pokémons en su Game Boy. Horas y horas intentando hacer crecer la prole de extraños bichos. Si entonces me hubieran dicho que esa moda retornaría y que lo haría con más fuerza, pensaría que la sociedad sigue con paso firme en su camino hacia la autodestrucción. Miren alrededor y saquen sus conclusiones.
He de admitir que mis horas a los mandos de la que fue mi primera videoconsola, de aquellas gordas y sin pantalla a color, han dejado más huella de la que creía. No porque me haya descargado el ya archifamoso juego de Pokémon Go, sino porque cuando escuché a Pili Zabala diciendo que hay que dar a Arnaldo Otegi una segunda oportunidad, que habrá evolucionado, no pude evitar imaginarme al candidato a lehendakari de EH Bildu como un Pikachu convirtiéndose por arte de birlibirloque en Raichu. Quién sabe, tal vez así el Estado dejaría de confabular para impedirle concurrir a los comicios.
No soy capaz de decir si Podemos y su candidata en la CAV deberían evolucionar. Lo que sí creo es que deberían dejar esa perjudicial tendencia a la política de cartón piedra, vacía de contenido. No es de recibo que alguien que aspira a entrar en Ajuria Enea evite posicionarse en relación temas como la independencia o el TAV. Estamos a tiempo, antes de encarar la recta final hacia el 25 de setiembre de elevar el nivel del debate político más allá de tópicos y eslóganes. Hagámonos ese favor. No convirtamos también la política en un videojuego.