El conflicto generacional surgido en los años 60
L a ópera prima de Ewan McGregor tras las cámaras pasó sin pena ni gloria por Donostia en su presentación festivalera, y eso que para debutar en su doble cometido de actor y director se ha decantado por una adaptación de la emblemática novela de Philip Roth “American Pastoral”, un material que sin duda le ha venido grande. El problema es que el escocés no arriesga absolutamente nada, optando por una narrativa convencional y academicista, que le va muy poco a un tema tan intenso como el del conflicto generacional surgido en los años 60 a partir de las revueltas estudiantiles, que desembocó en el activismo político de grupos armados antisistema.
McGregor también aparece muy encorsetado en el papel del patriarca de un clan dedicado a la fabricación de guantes, como ejemplo de triunfador que ya empezó a destacar en el deporte de élite dentro de la Universidad. Su vida es la materializción del sueño americano, de no ser porque su hija adolescente muestra una rebeldía y una hostilidad preocupantes. Acusada de participar en un atentado, la joven pasará a la clandestinidad y su padre se dedicará a buscarla durante años. El paso del tiempo, esencial en la novela río original, se plasma en la pantalla mediante unos efectos de maquillaje que deforman a los personajes principales.