12 DIC. 2016 BALONCESTO - RETABET BILBAO BASKET Hundidos en la recta final Después de conseguir llegar a la estela del Real Madrid, 62-65, un parcial rival de 0-12 decidió el partido. Arnaitz GORRITI RETABET B. BASKET 77 REAL MADRID 85 Aunque haya pruebas de mayor fama, las carreras de 400 –lisos y vallas– y 800 metros –o el relevo de 4x400 metros– son de las más duras del atletismo. La velocidad continuada exige ir siempre a un ritmo alto, pero guardando un último cambio de ritmo para los metros finales, cambio que solo los mejores tienen, y que hunden a muchos en unas rectas agónicas. RETAbet Bilbao Basket sufrió el hundimiento del corredor de los 400 metros. Aguantó el tirón del Real Madrid hasta arrimarse 62-65 al inicio del último cuarto, pero el último acelerón madridista, en forma de parcial de 0-12, hundió a los de Carles Durán. Pese a la derrota, pese a que empieza a llegar la hora de hacer cábalas de cara a la Copa –con un balance de 6-5, los hombres de negro ocupan la octava plaza, empatados con Gran Canaria, 6-6, y lamentando la victoria de Morabanc Andorra sobre el Barça, que lo sitúa con 7-4–, Bilbao Basket puede decir que compitió hasta el final. Teniendo en cuenta que la primera «final» de la campaña la van a jugar el miércoles en Moscú, tiene mérito el esfuerzo de los bilbainos, que en ningún momento se dejaron ir. Cierto, hubo detalles curiosos como los escasos 16 minutos de juego de Michael Eric. Pero entre que padecía un pequeño esguince de tobillo, que sufrió con las faltas ante la poderosa batería interior del Real Madrid y que Ivan Buva estuvo fantástico en ataque, es normal. También resultó curioso que Danilo Nikolic, que no saltó ni un segundo en el partido de Eurocup frente a Fuenlabrada, jugara ayer casi 13 minutos, aunque en honor a la verdad, sus dos puntos y tres rebotes no estuvieron mal. No estuvo mal, en líneas generales, el desempeño de los hombres de negro ante el Real Madrid. En efecto, perder 21 balones es intolerable y precisa ser corregido con urgencia. Por otro lado, el conjunto vizcaino tiró en exceso del lanzamiento triple en sus momentos de mayor ofuscación, en especial en el arranque del partido y en el inicio del cuarto período. Es decir, que faltó paciencia por encima del acierto, mientras que el Real Madrid aprovechó en esos instantes de flojera bilbaina diversificando mucho mejor su ataque, cargando el rebote de ataque –curiosamente, Bilbao Basket acabó por imponerse en ese apartado, a pesar de que empezó muy mal– y moviendo el balón con mayor criterio. Arrastrando el mal inicio «Hemos tenido demasiado respeto al Real Madrid en el inicio de partido», reconocía en sus posteriores declaraciones Carles Durán. Ese exceso de respeto, un abuso del lanzamiento triple y una mayor mentalidad del Real Madrid llevaron a Bilbao Basket a caer por 3-11 de buen inicio. Ese mal arranque lo acabaría por arrastrar el cuadro bilbaino durante los 40 minutos. Durante esos primeros compases parecía imposible que los hombres de negro consiguieran amarrar un rebote, al tiempo que su falta de acierto, en parte por limitarse a tirar de tres sin buscar otras soluciones, llevaba el resultado a un 13-22 al final del primer cuarto. Más que nunca, la barrera de los 10 puntos fue la que existió entre Bilbao Basket y Real Madrid. Hasta el 16-30, el cuadro merengue parecía ir directo a un triunfo holgado, pero con la entrada de Ivan Buva, autor de 7 puntos consecutivos nada más entrar, el partido cambió de cara, porque Bilbao Basket había llegado al mismo. Los 15 minutos posteriores fueron un tira y afloja en el que a los arreones bilbainos le respondía el cuadro madridista con el coral acierto de hasta seis jugadores con 10 puntos o más. Miribilla se venía arriba. Olvidándose de la inminente cita con el Khimki, los hombres de negro se arrimaban 62-65, y Danilo Nikolic tuvo el empate con un triple que no entró. A partir de ahí vendría el 0-12 y el imparable sprint final madridista. «Al inicio del último cuarto nos hemos desconectado», reconocería Carles Durán. «Estamos jodidos porque hemos perdido. Pero no estamos hundidos ni derrotados», remachó.