La mayoría del Parlamento de Gasteiz dijo ayer estar en contra del proyecto de exploración de gas Armentia-2 que el Gobierno de Lakua, a través de la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA), está intentando poner en marcha. Sin embargo, esa mayoría no se pudo hacer eficaz en una votación. Ante la propuesta de suspensión de la tramitación de los permisos que hizo EH Bildu y fue apoyada por Elkarrekin Podemos, el PP optó por hacer un discurso muy rotundo contra lo que dijeron que es un proyecto «no razonable», y un «derroche» con ocultos intereses privados, pero presentar a su vez una enmienda propia que solo votaron sus nueve parlamentarios y que impidió que se aprobara ningún tipo de propuesta.

Cabe recordar que el PP nada en esta materia en un mar de contradicciones, puesto que en su día aprobó la ley contra el fracking que luego recurrió ante el TC su propio Gobierno de Madrid, y ahora dice que este proyecto es «una tropelía» en la que se van a derrochar 27 millones de euros, pero sin embargo es el Gobierno español quien acelera los trámites simplificando las exigencias administrativas medioambientales.

Armentia-2 se vende por parte del Gobierno de PNV y PSE como una búsqueda de gas sin uso de la técnica del fracking, en una zona en la que ya quedó claro que eso no era posible. Quizá por ello, como expuso Mikel Otero, de EH Bildu, la memoria de SHESA incluye como “Alternativa 1” el empleo de esta fractura hidráulica, que se define como «exitosa» en EEUU y China, pero que se descarta, «en estos momentos», por su repercusión social.

Gas no convencional

Mikel Otero, autor de la iniciativa, insistió en la necesidad de paralizar el proyecto porque se está haciendo sin trasparencia, es un proyecto «débil» técnicamente y porque «la insistencia en la búsqueda de hidrocarburos no convencionales es un error estratégico en lo energético, pero también en lo político». Hay que poner los medios públicos en la búsqueda de una transición energética, añadió.

El PP dijo estar de acuerdo en ello, e incluso pareció por momentos más radical que nadie, pero el desvío de su voto hacia su propia enmienda particular, hizo que no prosperara la suma de EH Bildu y Elkarrekin Podemos. Tampoco PNV y PSE pudieron aprobar su texto.