El cambio trae unos cambios que lo flipas
Casandra, hija del rey de Troya Príamo, era sacerdotisa del dios Apolo. A cambio de acceder a un encuentro carnal con esa deidad (los dioses griegos eran unos auténticos pichabravas), ella recibiría el don de la adivinación. Tras conseguir lo solicitado y cuando le llegó el momento de contentar a Apolo con sus favores sexuales, Casandra dio marcha atrás, con el consiguiente rebote del dios, quien le maldijo diciéndole que seguiría teniendo el don de la profecía, pero nadie creería jamás sus pronósticos.
Si Casandra nos hubiera visitado hace tan solo tres añitos, habría provocado la risión general si se le ocurre decir que un día Mari José Beaumont llegaría a ser consejera de Presidencia e Interior del Gobierno de Nafarroa. Tampoco nadie se habría creído que la entonces todopoderosa Yolanda Barcina haría mutis por el foro repentinamente.
Probablemente le habrían mandado muy lejos si llega a asegurar que Los Caídos se iba quedar vacío de tumbas franquistas y así, con tantas cosas que han llegado con la salida del Régimen del poder.
Pero de todos los cambios habidos, uno de los más llamativos tiene que ver con el medio de comunicación más ligado a los que han venido gobernando y que se ha convertido en santo patrón de toda queja contra el cambio.
Con tanta intensidad ha interiorizado ese papel el periódico que dirigió ‘Garcilaso’, mano derecha de Mola en el 36, que el 5 de octubre dedicó la fotografía central de su portada ¡a una concentración de bomberos del sindicato LAB! Esto más que cambio es ¡un milagro!