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BALONCESTO - DERBI EN ZURBANO

Beaubois marca la diferencia en un partido sin premios

La victorias de Andorra, Tenerife y Valencia dejansin Copa a los hombres de negro y sin condición decabeza de serie a los gasteiztarras. Bilbao Basketaguantó hasta que decidió el escolta francés.


SASKI BASKONIA 84

RETABET B. BASKET 63

 

Como estaba cantado, Morabanc Andorra amarró su opción de Copa y dejaba a RETAbet Bilbao Basket sin opciones, el cual tampoco pudo tenerlas ante un Saski Baskonia que tampoco será cabeza de serie. A la que apretaba el Baskonia, se iba, y a la que este aflojaba, el cuadro bilbaino se arrimaba un poco. Valió la pena al menos ver que Beaubois marcaba la diferencia.

Se vio un poco de exceso de tensión, aunque sin llegar a la trifulca, y un primer estirón baskonista, un parcial de 10-0 en el que Hanga y Diop se bastaban para frenar a un Bilbao Basket que arrancó agarrotado, y más que se agarrotó tras la segunda falta de Bamforth.

De hecho, parecía que las opciones de Bilbao Basket dependían del propio Baskonia, toda vez que no le hizo falta gran cosa para irse 17-8 al final del primer cuarto. En el bando bilbaino se constataba que Borg iba a jugar de escolta y que Sergio Llorente adelantaba a Salgado en la rotación, pero en lo que al juego respecta, poco. Al menos hasta el segundo cuarto.

En parte por la relajación baskonista, Durán halló un quinteto pequeño con Tabu, Borg, Lapornik, Hervelle y Buva para lograr un parcial de 0-7 y oponer algo de resistencia ante un Baskonia superditado a la creatividad de Beaubois y escasa continuidad en el juego. Claro que, una racha de triples entre Beaubois, Bargnani y Voigtmann volvió a disparar la renta gasteiztarra: 39-23. Mientras, en las cloacas del parqué Hervelle y Hanga bailaban «al agarrao», mientras el luminoso marcaba un 41-27 en tiempo de descanso –enorme asistencia de Bargani a Tillie–, y la sensación de que los gasteiztarras se dejaban un par de puntos de intensidad en la guantera, por si acaso.

Del barro a la barrida

Un par de triples más de Voigtmann y Bargnani parecían romper definitivamente el partido al arranque del tercer período, y más después de un contundente tapón de Hanga sobre Mumbrú. Y, sin embargo, el cuarto lo acabó dominando Bilbao Basket y, más aún, incomodando por vez primera y última a los de Sito Alonso, que apenas si empataron el parcial con un triple de Blazic sobre la bocina.

Una doble técnica a Hervelle y Shengelia fue el detonante de un cuarto hundido en el barro, un barro importado por parte de Bilbao Basket, al tiempo que Saski Baskonia caía en esa trampa, confundiendo el defender con centrarse en la refriega. La renta baskonista se estancaba en la decena, sin que se vislumbraran opciones reales a los hombres de negro, pero estos ya no vivían a expensas de los apetitos de los gasteiztarras.

Un tiempo muerto de televisión fue lo que los locales precisaron para ir calmando los ánimos, así como presionar a Sergio Llorente cuando le tocaba subir el balón. Solo así dispusieron de un par de balones extra, que aprovecharon con un triple de Jaka Blazic para traer cierta lógica al partido, sacándolo de la política de bloques.

Con 64-50, Michael Eric dejó en la retina un tremendo mate por encima de Shengelia, con los ánimos un pelín más calmados. Y en esa calma de ánimos, Rodrigue Beaubois, el cual siempre parece jugar bajo los efectos de algún Valium, volvía a estirar la renta de los de Sito Alonso con acciones de pura clase, de esa clase que le sobra como para regresar a la NBA, si no pareciera jugar siempre en esa especie de ralentí: 74-56.

No iba a poder luchar más Bilbao Basket, viéndose superado por un Baskonia que, al fin, se puso a jugar y a dejarse de tonterías. Beaubois había abierto el camino y sus compañeros iban a mantener esa senda. Así las cosas, un Larkin casi terrenal se sacó un par de pases de maravilla de la chistera, al tiempo que «Indar Baskonia» despedía a los hombres de negro con un «¡adiós a la Copa, adiós!» más ventajista que gracioso, aunque cierto es que a nadie le amarga un dulce –por si acaso, más le vale a la grada de animación baskonista que su equipo se lleve la Copa, no le vayan a recordar la despedida–.

Lo peor del derbi, ya que el partido decidido, fue la lesión de tobillo de Michael Eric, después de pisar a Rodrigue Beaubois. Por lo demás, el triunfo gasteiztarra fue el único premio que se repartió –suficiente para los aficionados–, toda vez que ni los gasteiztarras lograron colarse entre los cuatro primeros ni Bilbao Basket se metía en el «torneo del KO».

 

Prigioni: «Dejo el baloncesto sintiéndome uno de vosotros»

Primero fue un vídeo con imágenes de todos los tiempos, desde su niñez y hasta la retirada; después, la camiseta con su nombre quedó descubierta de uno de los pilares del Buesa Arena. Por último, en olor de multitudes, Pablo Prigioni llegaba vestido de calle, acompañado por sus hijos, a recibir el aplauso unánime y el calor de una afición que pidió su cabeza y obtuvo su corazón.

«He agradecido a mucha gente en los últimos días, pero hoy tomo este momento para hablaros a vosotros. He tenido una relación con vosotros como un matrimonio: con momentos díficiles, pero los increíbles y bonitos han sido muchos más. Siempre los llevaré en el corazón. Dejo el baloncesto sintiéndome uno más de vosotros. ¡Muchísimas gracias!», se despidió el de Río Tercero, antes de irse con el aplauso de todos sus compañeros de equipo y recibir la camiseta de su último partido de manos de Alfredo Salazar.A. G.