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KOLABORAZIOA

Lengua, cultura, vida e historia vascas


Han logrado recuperar una lengua reducida a casi a escombros en los que la dejó el franquismo y convertirla en una lengua pujante que todo el Pueblo Vasco, compuesto de vasco-parlantes y no vasco-parlantes, la consideran como propia, que tiene un sistema de recuperación envidiable y pionero y que sirve de referencia a las lenguas minoritarias que cada día están agonizando en el mundo.

El escritor Ramón Saizarbitoria (Donostia, 1944) al recibir en estos días la Medalla de Oro de Gipuzkoa por su aportación a la literatura vasca y por impulsar el euskara batua entró de lleno en el tema no sólo de la lengua vasca. Para este autor el euskara ha sido siempre «un elemento integrador», y dijo no entender «a quienes son incapaces de asumir que el euskara es de todos, incluido de quienes no lo hablan». Y glosó el tema de la lengua con esta frase: «Me dan rabia quienes justifican su racismo en nombre de la difusión (del euskara)».

La profesora Urretabizkaia al prologar la concesión del premio con la «laudatio» elogió su incansable labor a favor del euskara batua ya que «se dio cuenta de que sin este instrumento no habría habido literatura, educación o medios de comunicación».

Vida vasca: En efecto en estos mismos días ha existido un tenso debate entre dos escritores donostiarras, Ramón Saizarbitoria y Fernando Aramburu sobre vida vasca. Representan dos formas diferentes de entender la cultura y la vida, no porque pertenezcan a distintas generaciones sino porque polemizaron en torno a la siempre tormentosa relación entre los escritores vascos en euskera y en castellano.

La actual agria polémica comenzó hace muchos años. Ambos fueron ganadores de los premios Euskadi 2001, Saizarbitoria por "Gorde nazazu lurpean" y Aramburu, por "Los ojos vacíos". Pero un abismo separa sus respectivas percepciones de la vida en general y de la cultura vasca en particular. Esta polémica subsistió en 2011, cuando Aramburu manifestó en la Feria del Libro de Guadalajara que «los escritores en lengua vasca están subvencionados y no son libres» poniendo al día la polémica política sobre si la violencia ha provocado o no, una fractura social también entre los literatos vascos.

Para Saizarbitoria la literatura en euskara no está hiper-subvencionada; «que él, al menos, no se siente un escritor hiper-subvencionado ni por asomo (...), que las subvenciones que se dan a la literatura en euskera son como las que se dan a los discapacitados y que, sobre todo, decir que aquellos escritores que escriben en euskara renuncian a decir lo que piensan por mor de la subvención, suponía insultar a los escritores euskaldunes». Por tanto, en general, todo transcurrió bien y el diálogo resultó sensato, rico y didáctico.

Cultura e historia vascas. Pero dejando aparcado el tema del futuro de la lengua porque aun los emigrantes laborales llegados a Euskal Herria han captado la importancia de que sus hijos aprendan la lengua vasca, entró Saizarbitoria también en el de la cultura.

Pero ¿qué entendemos por cultura? ¿Puede una lengua (sea vasca, sea castellana) presentarse desnuda sin cultura, sin vida cotidiana o sin historia?

Dicho autor se mostró partidario de recuperar algunos hábitos del pasado en un momento en el que se está produciendo una «antropologización del término cultura» y siguió afirmando «correr con un eslogan en la camiseta, tirar de una cuerda de un lado a otro en un puente, un grupo abriendo paraguas de colores en la playa, cocinar bacalao al pilpil en una plaza… Me apena que cualquier cosa se considere cultura. Me da rabia la reducción de lo cultural al entretenimiento y que las inversiones en cultura se tengan que justificar para traer turistas que compren camisetas con el lema “Basque Country”. «Como ayer, hoy sigo pensando que la calidad puede salvarnos», aseveró.

Entendemos con la Unesco por cultura el resultado de una comunidad. Entendemos por cultura todo el ropaje de memorias, presupuestos, conceptos, sentimientos, tradiciones, manifestaciones literarias y externas, interpretaciones de la vida y relaciones humanas que acompañan la expresión de la lengua y literatura en la que los humanos se relacionan entre sí.

Todos los vascos, euskaldunes o erdaldunes cuando se expresan socialmente, generan cultura vasca. ¿Quién es el juez o intérprete que pueda valorar cuáles de estas manifestaciones son más humanas, más sociales o más propias de la idiosincrasia vasca?

Pero ciertamente hay manifestaciones simétricas que responden a unas comunidades globalizadoras, mientras que otras son, tanto para los propios vascos, como para sus vecinos los no vascos, referentes del pueblo vasco.

Por eso tenemos que afirmar la existencia de múltiples ramas de la cultura vasca como el bertsolarismo, el teatro, la música, el cine, el arte en sus variantes, la gastronomía, etc.

Los distintos territorios del pueblo vasco se han ido dotando de instrumentos externos para manifestaciones reales de la cultura como auditorios, museos, salas de exposiciones, etc. Pero en conformidad de estos nuevos instrumentos no se han generado equipos de creación cultural que los alimenten y sirvan de exposición.

Lo que últimamente vemos es que son pocos los estudiosos que inciden en los aspectos culturales e históricos que hasta este momento han sido referentes del pueblo vasco. Estamos aprendiendo y transmitiendo una lengua batua sintácticamente perfecta pero sin los referentes culturales, vitales e históricos que daban a esta lengua las resonancias identificativas y propias.