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CORRUPCIÓN EN LATINOAMÉRICA

La corrupción de casa pone en jaque al gobernante de Guatemala

Un gobernante que hizo campaña con el lema «Ni corrupto ni ladrón» ha visto cómo su propio hijo y su hermano acababan entre rejas por meter la mano en las arcas públicas. «El imperio de la Ley debe prevalecer sobre todas las cosas», declaró a través de una red social el presidente Morales, quien asegura respetar los procesos judiciales.


La familia ha puesto en un gran aprieto al presidente de Guatemala, Jimmy Morales, cuya credibilidad ha quedado en entredicho. «Ni corrupto ni ladrón» fue el lema de campaña que le permitió ganar con solvencia las dos vueltas electorales celebradas el 6 de setiembre y el 25 de octubre de 2015. Sin embargo, no conocía o hizo la vista gorda ante las corruptelas que se habían fraguado en su círculo más cercano. Su hijo, José Manuel Morales, por la ceguera que a veces ocasiona el amor, hizo un favor «ilícito» a su entonces novia, con el fin de que sus padres cobraran más de 200.000 quetzales públicos (25.000 euros). Concretamente, y con la ayuda de su tío y hermano del actual presidente, Samuel Sammy Everardo Morales, elaboró tres facturas falsas correspondientes a dos desayunos y una entrega de cestas navideñas que no se realizaron y que se cobraron al Registro General de la Propiedad.

Es cierto que este apaño para ganarse el cariño de su suegra y que ha llevado al hijo y al hermano del presidente a la cárcel se produjo en 2013, dos años antes de que Jimmy Morales se alzara con el cargo de presidente. El hecho de que la corrupción haya salpicado a las personas más cercanas al presidente significa un duro golpe para quien se suponía que iba a acabar con estas prácticas en Guatemala. Morales se hizo con la Presidencia de un país cuyos ciudadanos salieron masivamente a las calles en 2015 para denunciar la corrupción y exigir cambios estructurales.

Ello derivó en la caída del Gobierno del entonces presidente, Otto Pérez Molina, quien desde setiembre de ese año, antes de que pudiera acabar su mandato, se encuentra en prisión preventiva por liderar una trama de defraudación aduanera conocida como «caso La Línea». Con el tiempo, las investigaciones del Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala revelaron que Pérez Molina estaba implicado en más causas de corrupción, que provocaron que muchos de sus ex ministros le acompañen entre rejas.

Un cómico para aplacar la ira ciudadana. En este contexto de hartazgo ciudadano por el clima de corrupción generalizado, la población optó por un «outsider» en el mundo de la política, como Jimmy Morales, candidato del partido de derechas FCN Nación, que fue financiado por antiguos militares. Hasta entonces, sólo era conocido por su faceta de cómico, con la que llegó a protagonizar siete películas y un programa de humor en la televisión, titulado “Moralejas”, en el que compartió escenario durante 15 años con su hermano, Sammy Morales. Tras proclamarse vencedor en la segunda vuelta electoral, Morales pidió a los ciudadanos que le «observen», dado que «tienen que exigirme que mi corazón no se tuerza y que sea honrado como he sido siempre».

Días después de que el 14 de enero cumpliera un año de mandato, Morales ha comprobado que la falta de honradez se encontraba en su propia familia. De momento, la fiscal general, Thelma Aldana, descarta que el presidente tuviera algún tipo de relación con las facturas falsas, si bien más allá de su responsabilidad penal, tiene que convencer a la ciudadanía de que él no tenía conocimiento de lo que habían hecho su hijo y su hermano a través de una empresa llamada Fulanos y Menganos. Sobre todo, teniendo en cuenta que su hermano era, hasta su ingreso en prisión, el asesor más cercano del presidente, a quien acompañaba a la mayoría de actos institucionales.

Lo que ha llamado la atención en el país es la educación que ha podido recibir el hijo del presidente. Minutos antes de ser conducido a la cárcel militar de Matamoros, José Manuel Morales justificó su manera de actuar al asegurar que «si somos realistas, todos hemos visto alguna situación similar y por eso mismo yo asumí que eso era algo hasta cierto punto normal en la cultura guatemalteca».

De esta manera, puso de manifiesto que la corrupción está generalizada en el país que preside su padre, cuya única opción para salvar su imagen deteriorada por el modo de actuar de su hijo y hermano será dejar trabajar a la Justicia con total libertad. En este sentido, Morales, pese a la «situación difícil» que reconoce estar viviendo, ha mostrado su «respeto absoluto» a los procesos judiciales e incluso el mismo día de las detenciones continuó con su agenda como si nada hubiera sucedido. Un escueto tuit fue su única reacción, en el cual decía que «el imperio de la Ley debe prevalecer sobre todas las cosas». En el país incluso se ha visto como una muestra de salud democrática el hecho de que hasta el hijo del presidente pueda ser encerrado entre rejas.

Morales sabe que no debe defender a su hijo y hermano si quiere continuar ostentando el cargo, por lo que su permanencia dependerá de que separe su vida personal de la institucional. Sin embargo, en setiembre ofreció un mensaje televisivo para dar a conocer que se estaba investigando a sus familiares. Ese día y antes de conocer el fatal desenlace que les esperaba con el ingreso en prisión, el presidente respaldó «plenamente» a su hijo, al tiempo que dijo confiar en la «honorabilidad» de su hermano. Los mismos que le han puesto en jaque. Para evitar el mate, su única opción es no influir en la Justicia y confiar en que la ciudadanía no convoque protestas para culparle de los desmanes de sus personas más cercanas.