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JO PUNTUA

Invictas


Desde la colosal floresta californiana envié a Gara una columna que nunca llegó a publicarse. Hablaba de la victoria de Hillary, que superó realmente en tres millones de votos a su infame adversario. Y del heroico movimiento sufragista que nos situó a las mujeres como ciudadanas en las democracias modernas. La que iba a ser primera presidenta de los USA recibió el apoyo entusiasta de ancianas que habían nacido antes de que las mujeres pudiéramos votar. Costó mucho, décadas de obstinación y lucha. Las primeras que propusieron exigir el derecho a elegir gobernantes fueron tratadas como locas hasta por sus propias compañeras a mediados del siglo XIX. Para que las mujeres aceptáramos ser tratadas como inferiores, insistieron mucho en que lo éramos.

Durante décadas, las sufragistas alborotaron la vida pública sin tregua, su reivindicación era tan simple como irrenunciable. Pasaron muchos años y ellas no se rendían, aunque se fueron cabreando. Algunas se pasaron a la acción directa y explosiva contra los bienes de los grandes empresarios que bloqueaban el avance, ¡fabulosas Pankhurst! Fueron ridiculizadas y reprimidas brutalmente, las primeras en utilizar la huelga de hambre en los calabozos como estrategia de protesta. Emily Davinson se lanzó en 1913 al caballo del rey británico en una carrera y lo hizo para reclamar espectacularmente el voto femenino. Murió a los pocos días. Su inmolación quedó grabada, eran los inicios del cine. Siempre me fascina volver a contemplarla.

Las mujeres nos jugábamos todo en esa lucha que hoy parece incuestionable, y no solo ser consideradas políticamente aptas e iguales: las feministas demostramos que no abandonaríamos ninguna de nuestras batallas. Les debemos a todas aquellas obcecadas sufragistas sabernos colectivamente invencibles. En los USA lo consiguieron en 1920, las que iniciaron la sublevación ya no vivían para celebrarlo. Las marchas contra Trump están siendo históricas y me deleita verlas recuperando su memoria sufragista. La amenaza de un retroceso vuelve a juntar en las calles a millones, entre ellas: Angela Davis, Gloria Steinem, Madonna, Cher, Jane Fonda, Miley Cyrus, Scarlett Johanson, etc. No hemos llegado hasta aquí para rendirnos.