Imanol INTZIARTE
Periodista

COYOTES DE SANTURTZI, TOUCHDOWNS A LA ORILLA DE LA RÍA

El fútbol americano es un deporte que, para el público en general, entra en erupción mediática una semana al año, para luego desaparecer. Sin embargo, cuenta con un fiel grupo de seguidores e incluso con un puñado de practicantes, que tienen su espacio en Ezkerraldea.

El grupo de fieles que sigue la NFL durante los cinco meses que dura una temporada es bastante numeroso. Las tertulias en redes sociales y foros especializados dan fe, y lo confirma que un canal televisivo ofrezca cinco encuentros semanales, señal de que hay una audiencia que lo hace rentable.

Otra cosa es practicarlo. Los Coyotes de Santurtzi son el único equipo vasco. Militan en la segunda división española, junto con otros siete clubes, repartidos en dos grupos. En la máxima categoría juegan seis escuadras, con los Badalona Dracs como vigentes campeones. También hay competición femenina, con cinco equipos, todos catalanes.

«El equipo se formó en 1998. Antiguamente había un equipo en Bilbao, los Cougars. Desapareció, pero algunos se quedaron con el gusanillo de seguir jugando y formaron este equipo en Santurtzi», nos cuenta Borja Denis, jugador y miembro de la junta directiva de… ¿Coyotes? ¿Por qué Coyotes?

«Estaban tomando cervezas y viendo la tele y dijeron, ‘el primer animal que salga…’ Y justo salió un documental». Hay decenas de anécdotas similares. Una de las más conocidas es la de los colores del equipo de fútbol argentino Boca Juniors, cuyos fundadores decidieron que serían los de la bandera del siguiente barco que entrase en el puerto, Resultó ser sueco, azul y amarillo.

De naranja, en el pueblo del morado

En un pueblo conocido por el morado de su trainera, también choca la elección del naranja y el negro para el uniforme. «Para el logotipo se intentó buscar algo sencillo. Se cogió el casco de los Cleveland Browns, que es naranja –sin ningún dibujo especial–, y le añadimos la garra», explica Borja Denis, a quien conocen con el sobrenombre de Farru.

Actualmente forman parte de Coyotes cerca de 45 jugadores en categoría senior. El relevo viene empujando, con más de 30 «niños» en el equipo junior, entre 15 y 19 años.

Es un deporte duro, de contacto físico. Como en el hockey hielo, las protecciones y el casco ayudan, pero los golpes son parte de su idiosincrasia. No obstante, la variedad de posiciones ofrece la oportunidad de que juegue gente de cualquier tamaño.

Farru, con su 1,85 y sus 108 kilos, juega en la línea ofensiva, encargada de proteger al quaterback y abrir huecos para la carrera de los running backs. Pero en la plantilla las estaturas van desde el 1,64 hasta el 1,92, y los pesos desde los 68 hasta los 145 kilos.

Kilómetros sobre ruedas

Uno de los grandes problemas de los deportes minoritarios es el de las grandes distancias que se deben recorrer. «Nos desplazamos en autobús. Este año lo más cercano es Gijón. Y también tendremos que ir a Barcelona, Madrid y Fuenlabrada. Siempre en el día. Por ejemplo, en Madrid creo que jugamos a las seis de la tarde. Saldremos de aquí sobre las once de la mañana, llegara allí, jugar y volver», explica Borja Denis.

Para deportistas amateurs, ello equivale a pisar muy poca cama antes de que amanezca el lunes. «Un año nos tocó ir a Granada y a Murcia, y a más de uno ya le pasó, llegar a Santurce y a currar».

Otra pelea que nunca termina es la económica. Transporte, comida, equipación, seguro médico que ya son solo 220 euros por temporada… «El club intenta minimizar los gastos de los jugadores, pero al final hay cosas que no puedes evitar. Vas pagando, pagando y al final te puedes dejar cerca de 600 euros al año». Su principal fuente de financiación es la txosna que montan en fiestas. Al igual que en el campo, toca arrimar el hombro y empujar todos juntos detrás de la barra. «No podemos dormir en un hotel o viajar en avión, pero es lo que toca. Tenemos una compañía de autobuses que llevamos muchos años con ellos y nos dejan pagarles a año vencido. Nos ayudan bastante».

Un piquito del Ayuntamiento y otro piquito de diferentes comercios para que cuadren los números. Los partidos de casa los juegan en el campo de hierba natural del polideportivo municipal Mikel Trueba. «Parece que este año van a hacer una inversión en el polideportivo, porque el campo está hecho una mierda. Estamos al lado de la ría, hay mucha humedad», explica Farru. Superando un escollo tras otro, van dando pasos en su objetivo. «Cada vez más gente nos conoce y eso se nota. Hace 5 o 6 años estábamos 15-20 jugadores, ahora somos más del doble».

Mayoría con los Falcons

No se puede finalizar sin hablar de la Super Bowl, que los Coyotes verán un año más en el bar Music, uno de sus colaboradores y que estará abierto para todas las personas que quieran disfrutar del choque. Borja Denis tiene muy claro su favorito. «A los Patriots no los trago. Creo que casi nadie de nuestro equipo, quitando un par. Los Falcons llevan un montón de años sin llegar a la Super Bowl y han hecho una temporada muy buena. Y eso que yo soy de los New Orleans Saints, enemigo natural de los Falcons».

Será otro domingo con pocas horas de sueño, aunque los Coyotes no tengan partido. Les esperan luego dos viajes a Madrid, quien quiera verlos en vivo en Santurtzi tendrá que esperar hasta el 12 de marzo, ante los Pioners L'Hospitalet. Fútbol americano aquí, al lado de casa.