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OSASUNA

Problemas para encontrar un director de orquesta

Aquejado por unas molestias en los isquiotibiales, De las Cuevas no entrenó al mismo ritmo que sus compañeros y podría ser baja, al igual que Roberto Torres.


Con unas molestias en el isquiotibial derecho, Miguel de las Cuevas no pudo ejercitarse ayer al mismo ritmo que sus compañeros. Un problema importante para el técnico rojillo, Petar Vasiljevic, dado que el futbolista alicantino, junto al sancionado Roberto Torres, son de los pocos en la plantilla que pueden asumir el papel de director de orquesta sobre el campo.

Mientras le aguantaron los pulmones, De las Cuevas fue uno de los jugadores destacados en Anoeta donde, en coordinación con Kodro y Rivière, se encargó de liderar la primera línea de presión sobre la defensa txuri urdin, amén de distribuir la pelota en las salidas a la contra. Una labor que, a buen seguro, también le tenía asignada el entrenador serbio de cara a la visita del Real Madrid, por lo que se encuentra ahora con un serio contratiempo.

En todo caso, habrá que esperar a la sesión de hoy –la última antes del partido de mañana contra los blancos– para certificar si el veterano futbolista está o no a disposición de Vasiljevic en un once que podría contar con notables variaciones tácticas. Porque ayer el míster osasunista volvió a ensayar con una zaga formada por cuatro piezas, en lugar de la habitual constituida por tres centrales y dos carrileros de largo recorrido.

Un dibujo con el que ya se manejó la escuadra navarra en el corto periodo que Caparrós estuvo en el banquillo rojillo, pero con el que el entrenador balcánico no había probado hasta el momento. Tano, Oier, Vujadinovic y Fuentes conformaron la línea más retrasada, aunque parece poco probable que Vasiljevic deje en el banquillo a Unai García, uno de sus pupilos más en forma, o Clerc.

Oier: «Que lo pasen mal»

Quien sí apunta a ser un fijo en el eje de la defensa, sea cual sea la disposición del equipo sobre el verde, es Oier, afianzado como central en las últimas semanas. El navarro es consciente de que «habrá que igualarles en el tema físico, juego aéreo, segundas jugadas e intensidad», frente a un adversario «que nos supera prácticamente en todo».

En esta lucha de David contra Goliath, Oier apostó por firmar «un partido en el que lo pasen mal», ya que motivación extra no va a hacer falta. «Es el mejor encuentro en casa frente a un equipo contra el que siempre atrae jugar. Puede pasar que consigamos la primera victoria en casa», dijo optimista.

Ante el posible cambio de sistema, confesó que el míster «no nos ha dicho nada, por lo que no sé qué pasará». Un giro que puede estar fundamentado en la enorme cantidad de goles encajados, un hándicap al que Oier no le encuentra explicación, «cuando estamos haciendo casi todo bien». «Creo que también nos hace falta una pizca de suerte, aunque no nos podemos permitir ni un solo despiste, ahí es donde se nos están marchando los puntos», razonó.