gara, donostia
IBILIZ IBILI

Porrostako Erreka, energía hidraúlica a las puertas de Goizueta

Fue justo hace un año, el 15 de febrero del 2016, cuando mi compañero y amigo en estos Ibiliz, el “pastor” J. M. Alquézar, escribió “Loizate desde Goizueta, ruta de los cromlechs”. En aquella, además de abordar esa cima, se incluyó un recorrido que rodeaba la cuenca de Porrostako erreka.

Para entonces llevaba unos meses, con estos Ibiliz por las subcuencas del Urumea. Lo que no esperaba es que ambas coincidieran, en la misma hoja del calendario. Casualidades del destino, nos llevan de nuevo a Goizueta, a recorrer este Ibiliz, que pisa parte del trazado aquel, si bien éste, es más propio para “randoneur”.

Partimos de la ermita de San Antón, y por la carretera a Goizueta avistamos de pronto a la izda. una erreka, salvaje y atrevida, que se cuela bajo la edificación de “Errateta”. No recuerdo su fecha de construcción, lo que sí sé es que el arco que se dibuja bajo ella está en plena armonía con su entorno por su litología; y con su sección tipo, en lo que denominamos “caudal pico” (el mayor esperado en un tiempo prolongado) en el campo de la hidrología. Vamos, que representa la racionalidad al cubo.

Es aquí donde parte nuestro sendero ascendente que busca desde ya sus fuentes. Al poco llegamos a un acceso rodado, que de Goizueta llega al baserri que vemos encima, y por la dcha., a una bifurcación, donde seguimos por su izda. de manera ascendente. Centenares de metros adelante, una nueva bifurcación, (la primera de la serie), puede llevarnos a la equivocación. Para no caer en ella, la norma será: tomar la ascendente, poco a poco por la ladera al frente, o hacia la izda. levemente. Situaciones similares se presentan dos veces más, antes del cordal, límite de la cuenca, huyendo de las edificaciones. Nota: El estado de este trayecto no es el más apropiado. Los arreglos no son gratis, por lo que, a ver si entre todos los vecinos del Urumea, ponemos un poco de nuestra parte, para un beneficio y un disfrute común para que deje de ser Porroskako bailara, Purrustadarako bailara.

Llegamos al collado, con borda a pocos metros y antecesor de otro, que es la base de un trampolín y cuyo primer escalón se sitúa en la amplia, derruida y abandonada Kapelugorriko borda. Allí la ascensión pica arriba, por sendero directo a Arramaltako Kaskoa, 844 m. (con niebla precaución, porque éste vierte a lejanos destinos).


Esta cima, secundaria frente a los Loizate y Arainburu, alberga restos megalíticos que se dirigen, además de hacia las citadas cimas, hacia otras terciarias como las que asoman por la derecha, con Bilurtzikar, como último exponente. Son éstas las cabezas de Porrostako erreka y el origen de aquellas aguas que buscábamos al principio.

Descubierto el “misterio”, un momento antes del cromlech de Bilurtzikar, giramos bruscamente a la dcha y por restos de senderos, iniciamos el descenso en tumba abierta, simulando a la escorrentía. Pero como se trata de ser sensatos, regulamos y buscamos, el paso que por momentos se ensancha, y que divide las dos vaguadas escarpadas.

El encuentro de las vaguadas será nuestro destino, para lo que hay que continuar al frente, pasar junto a elorris, dejar una repoblación de pinos a dcha y proseguir por la de en frente, sobre loma que debemos ascender ligeramente, dejando una borda con bello prado a derecha. Prosiguiendo por la elevación encontraremos tras giro a derecha una pista de tierra, que tras otros, llega a otra borda, donde giramos a derecha.

Al poco una nueva bifurcación, donde debemos elegir: por la izda. y pasar unos metros con vegetación cerrada, o de frente unos metros para desviarnos enseguida a la izda. sin sendero, aunque en tramo más bello. Ambas opciones confluyen, hasta llegar a una pista forestal, sobre pendientes un tanto exageradas y nueva elección: o seguir por ella, o seguir de frente. Abordamos la segunda, que atraviesa bellos micropaisajes, con final un tanto abrupto, que desemboca en el encuentro de las dos vaguadas citadas anteriormente: Ostaziriko erreka por la izda y Oattoloko erreka por la derecha, junto a una borda.

Superada la primera en la confluencia con la segunda, y siguiendo al frente, con la erreka a derecha (ahora ya, Porrostako erreka), continuamos de frente. Eso supone pasar a la margen derecha, y no despistarnos en pistas que salen por la derecha, hasta llegar a una más asfaltada en curva, previo paso por Porrosta, que da nombre a la erreka.

Es allí, en la curva, donde tomamos el ascenso por la derecha, llegaremos tras pasar junto a un “horno”, al trazado del camino de subida. Es por ello, por lo que no queda más que descender y deshacer lo ya hecho por trazo conocido; por sus bifurcaciones, sus pistas y sus senderos; sus pasos más angostos y, cómo no, junto al arco bajo el que pasa el 1% de las aguas que el Urumea lleva hasta la altura de su desembocadura en Donostia.