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SENTENCIA POR VIOLENCIA MACHISTA EN DONOSTIA

«ESTO ACABA CON UNA EN LA TUMBA Y EL OTRO EN LA CÁRCEL»

ES UNA DE LAS NUMEROSAS AMENAZAS SUFRIDAS POR UNA MUJER VÍCTIMA DE VIOLENCIA MACHISTA QUE LLEGÓ A SER INTIMIDADA EN DOS OCASIONES CON UN CUCHILLO POR SU MARIDO, CONDENADO AHORA A DOS AñOS DE CÁRCEL POR UN JUZGADO DE DONOSTIA: «ESTO ACABA CON UNO EN LA TUMBA Y EL OTRO EN LA CÁRCEL»


Es un caso entre muchos, pero revelador de lo que supone una situación de maltrato machista sistemático. La sentencia del caso, a la que ha tenido acceso EFE, relata que los hechos se produjeron entre julio de 2013 y noviembre de 2015, fecha en la que la maltratada presentó una denuncia y el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la capital guipuzcoana dictó una orden de protección.

La resolución judicial explica que, durante este tiempo, el hombre, llegado a Euskal Herria desde Egipto, se dirigía habitualmente a su compañera, con la que tenía dos hijos menores, con insultos como «puta, burra, maldita e hija puta» y «le propinaba tortazos en la cara o golpes en el pecho». Además, «le sujetaba ambos brazos con fuerza, impidiendo que pudiera moverse, y le lanzaba escupitajos». Añade que frecuentemente «realizaba actos de violencia ambiental, lanzando objetos o propinando golpes al mobiliario» del domicilio en el que residía la familia.

Ante esta coyuntura, la víctima propuso «en numerosas ocasiones» al imputado la posibilidad de divorciarse, situación ante la que el procesado le respondía que sólo se separaría de ella si estaba «muerta». «Esto acaba con uno en la tumba y el otro en la cárcel. Me voy a llevar a los niños a Egipto», le amenazaba.

Ataques constantes

La sentencia detalla varios episodios concretos de malos tratos, como el sucedido en una ocasión en la que el matrimonio se encontraba en la cocina de su vivienda de Donostia y el hombre «cogió un cuchillo y lo esgrimió» contra su esposa, que «estaba tendiendo la ropa» y comenzó a gritar hasta que el encausado abandonó la estancia.

En otra oportunidad, la pareja inició una discusión porque el hombre «deseaba mantener relaciones sexuales» y la mujer se opuso, motivo por el que el imputado propinó a la perjudicada un golpe en la cabeza con un aparato de TDT, tras lo que le escupió en la cara, hasta que la víctima logró abandonar «precipitadamente» el domicilio para requerir la ayuda de un vecino.

El texto relata otro episodio violento, ocurrido en presencia de los dos hijos de la pareja, a raíz de la negativa de la mujer a prestar dinero a su marido, quien le propinó un golpe en el pecho y le dio un empujón, al tiempo que le espetaba: «Hija puta, maldita».

En otra ocasión, el acusado cogió un cuchillo y amenazó a su esposa «con intención de atemorizarla y perturbar su tranquilidad», porque ella no quería responderle a una pregunta, tras lo que lanzó el arma al fregadero.

El último episodio de maltrato, que motivó la denuncia presentada por la mujer, tuvo lugar sobre las 18.30 horas del 25 de noviembre de 2015, cuando la víctima regresaba junto a sus hijos al domicilio familiar y el hombre, enfadado porque no había respondido a sus llamadas telefónicas, le propinó una bofetada. Posteriormente, el inculpado le agarró la mano izquierda y «le flexionó con fuerza los dedos hacia atrás», mientras le insultaba y le lanzaba «escupitajos».

Durante el juicio por estos hechos, el hombre se mostró conforme con la pena que solicitó la Fiscalía. Ha sido condenado a dos años de prisión y 176 días de trabajos en favor de la comunidad como responsable de un delito de maltrato habitual, dos de maltrato en el ámbito de la violencia de género, un delito de amenazas leves continuadas, otro de lesiones y un sexto de vejaciones injustas leves.

Junto a todo ello, el hombre no podrá aproximarse a la perjudicada ni comunicarse con ella durante cinco años y medio. No obstante, la sentencia suspende la pena de prisión al hombre, con la condición de que no vuelva a delinquir.