Aquí el que no trinca es porque no quiere. Que llega uno a la redacción y le sueltan eso de que «nos debes una columna». Y en la búsqueda de inspiración, porque ni se acordaba de aquel aviso que le mandaron hace una semana, abre la página web y se encuentra con el Urdangarin, la Borbón, el Cabieces, el Mario Fernández, y lo que te rondaré morena, que si no es la Gurtel son los de Bankia. Nos han robado, nos roban y nos seguirán robando. Y lo cierto es que tampoco nos preocupa demasiado, más allá de un par de tuits de indignación, un comentario en Facebook y algún chiste sobre el cuñado del rey en las duchas de la cárcel mientras nos tomamos una cervecita en la terraza con los colegas.

Porque joder, es sábado y es lo mínimo tras pasarnos la semana trabajando. Nos ganan por agotamiento. Personalmente no me da la vida ni me apetece gastar mi tiempo y mis energías en estar permanentemente encabronado. Al menos no más de lo estrictamente necesario. Cada cual elige sus guerras, y estas cada vez son menos.

Quizás el paso de los años me haya vuelto no se si más realista o descreído. A lo mejor son sinónimos. Los bandos de buenos y malos, las verdades absolutas, negro y blanco… me caí de ese caballo. O me bajaron, que lo mismo da.

Así que siento informarles de que nada va a cambiar. Seguirá habiendo «listos» y seguirá habiendo «tontos». A estos últimos nos queda el consuelo de ganar de vez en cuando alguna escaramuza. Disfruten del fin de semana, de esas pequeñas cosas que les gustan. Que enseguida llega el lunes.