SEVILLA 2

EIBAR 0

Los sueños no siempre se alcanzan, aunque nunca hay que dejar de buscarlos. No lo cumplió el Eibar en Sevilla, a donde había llegado convencido de sus posibilidades, pero no cejó en su empeño hasta el último suspiro. Y precisamente la forma en que cayó le permite mantener muy vivo el que se asoma al discurso de los azulgranas desde que su triunfo ante el Granada confirmara su estado de gracia y les asentara en la zona noble de la clasificación.

La derrota en el Sánchez Pizjuán acaba –o, con suerte, solo interrumpe momentáneamente, habrá que ver qué hace el equipo de José Luis Mendilibar el próximo sábado ante el Málaga– con la racha de resultados del Eibar, que llegaba al feudo sevillista con unos números de lujo (tres victorias consecutivas, con once goles a favor y solo uno en contra). Pero solo con la de resultados. Porque la imagen que dejó el cuadro armero no desmereció de la que había ofrecido ante Granada o Valencia. Ambicioso, trabajador, intenso, convencido...

La diferencia es que enfrente había esta vez un equipazo. Un Sevilla que esta temporada solo ha cedido puntos en su estadio ante Barcelona y Villarreal y que ayer no se vio vencedor ni siquiera con ventaja en el marcador. Pero la calidad le permitió primero aprovechar uno de los contadísimos errores defensivos de su rival para adelantarse en el primer tiempo y definir ya en el descuento para establecer el definitivo 2-0, que no refleja lo que sucedió durante los noventa minutos.

Porque el Eibar jugó mucho y bien. Con pequeños «peros», que fueron precisamente los que le costaron la derrota. La presión, asfixiante, permitió a los azulgranas forzar un sinfín de errores a su rival, que acabó condenado a jugar en largo, además de anular a N’Zonzi, desaparecido hasta que adelantó su posición en la segunda parte con la entrada de Kranevitter. Pero, por arriba, al Eibar le faltó presencia en el área, con lo que las recuperaciones y centros no se tradujeron en un número equivalente de ocasiones claras. El equipo llegaba pero no mordía. Y, por atrás, aunque pocos, los despistes fueron suficientes para que el Sevilla sentenciara.

Con ganas

Los andaluces estuvieron incómodos desde el pitido inicial. En menos de cinco minutos, el Eibar ya les había hecho cosquillas con un disparo lejano de Adrián, una falta de Pedro León al área que despejó la zaga local y un centro del murciano rematado por Lejeune que detuvo Sergio Rico. Tampoco tardó en avisar el Sevilla, con dos llegadas clarísimas de Franco Vázquez y Ben Yedder, que dieron el definitivo pistolezado de salida a la ida-vuelta en que se convirtió el partido en la primera parte. O al menos hasta que el cuadro hispalense se adelantó, sobrepasada la media hora, con una buena acción de Ben Yedder y Jovetic que Sarabia, solo, convirtió en el 1-0.

Lejos de desinflarse, el Eibar se creció con el castigo. Redobló su esfuerzo para tener encogido a un rival que solo a la contra o con balones en largo, y de forma muy aislada, consiguió sacarse de encima la presión de los azulgranas, que rozaron el empate con los remates de Lejeune y Rubén Peña.

La segunda parte empezó de forma similar y Sampaoli tuvo que buscar la solución en el banquillo. La encontró, aunque no tanto como para acabar con la incertidumbre. Pero la entrada de Sarabia reanimó primero el ataque sevillista y la de Kranevitter permitió después adelantar unos metros a N’Zonzi, que se vio mejor más cerca del área. También José Luis Mendilibar buscó chispa y gasolina en el banquillo pero la apuesta no le salió tan bien. Aunque no dejó de intentarlo, el Eibar fue perdiendo claridad con el transcurso de los minutos, mientras su rival se iba viendo cada vez más cerca de la sentencia. Llegó en el descuento, con otra asistencia de Jovetic, que esta vez aprovechó Vitolo.

«Ha faltado la chispa del último momento»

Lamentaba José Luis Mendilibar tras el encuentro que «contra los grandes hacemos buenos partidos pero perdemos». En este caso el técnico lo argumentó en parte con que «hemos estado muy serios pero ha faltado la chispa del último momento, ese punto de valentía para poder ganar el partido». Destacó, de todos modos, que el Sevilla no se había «sentido cómodo» pero admitió que «es un gran equipo que tiene calidad para hacerte peligro».

Pedro León, por su parte, explicó que «hemos intentado jugar, lo hemos dado todo, hemos competido y se lo hemos puesto difícil, pero dos detalles han permitido que metieran dos goles y se fuera el partido». De ahí que no estuviera satisfecho. «Aunque la imagen ha sido buena, no te puedes ir contento porque has perdido –aseguró–. Pero vamos a seguir así y hasta donde lleguemos». GARA

El equipo regresa hoy y entrena en Ipurua

La expedición azulgrana pernoctó en Sevilla tras el encuentro. Regresa esta mañana a Eibar, donde José Luis Mendilibar ha dispuesto un entrenamiento de recuperación en Ipurua (12.00). El equipo descansará mañana y el martes empezará a preparar el partido del sábado frente al Málaga (20.45).

Fran Rico vio la quinta y no jugará contra el Málaga

Tras recuperar la titularidad en el Sánchez Pizjuán, Fran Rico vivirá el encuentro frente al Málaga desde la grada, después de que ayer viera su quinta cartulina amarilla. Será un hombre por hombre, porque Mendilibar recuperará para el encuentro a Dani García, que no jugó en Sevilla por sanción.