02 MAR. 2017 Carta pública de Sara Majarenas gara, donostia Kaixo denoi! Lo primero, y más importante, agradeceros a todos y todas el apoyo, el cariño y la fuerza que nos habéis transmitido desde el primer momento, tanto a mí como a Izar y como a toda mi familia. Sin toda esta fuerza y energía, nada de esto hubiera sido posible. Por otra parte, es difícil encontrar todas las palabras que puedan describir estos momentos que estoy viviendo. Sin duda, he vivido y estoy viviendo el momento más duro y difícil de mi vida. Algo impensable. Algo que nunca imaginé que me podría pasar a mí. Como si estas cosas solo pasaran a los demás, como si yo nunca pudiera ser víctima de la violencia machista. Sin embargo, me ha pasado, demostrando una vez más que la lacra de la violencia sexista se expande absolutamente por todas partes. Como todas sabemos, lo que le ha tocado vivir a Izar no es fruto de un simple accidente, ni de una enfermedad casual. A Izar le intentó asesinar su propio padre, con la única intención de dañarme a mí y a toda mi familia. Afortunadamente erró en su objetivo. Izar ha luchado como una txapelduna y físicamente, a pesar de todo lo sufrido, está bien. Pero queda mucho recorrido por hacer en lo psicológico y lo emocional. Izar no está bien en ese sentido, y esa es mi máxima preocupación en estos momentos. Izar no entiende qué le hizo su propio padre, y no entiende tampoco por qué ha desaparecido de su vida de repente. En estas largas cinco semanas que Izar ha estado hospitalizada, lo más duro fue estar separadas durante tres semanas, viéndonos únicamente una hora cada dos días. Eso supuso una verdadera tortura para mi hija, añadiendo a todo su grave cuadro, tanto físico como psicológico, una acentuada ansiedad por la separación de la madre. Así reafirmamos lo que ya sabíamos todas, lo que el sentido común dicta... que Izar necesita a su amatxo más que nunca. Y hoy es el día que no nos puede volver a pasar lo mismo. Izar sale a la calle, y no puede volver a sentir que se separa de mí. Yo la necesito a ella, ella me necesita a mí. Si no, no habrá reparación posible. O por lo menos, costará mucho mas. Por eso, os agradezco toda la fuerza que estáis haciendo, entre todos y todas, desde todos los lugares y desde todos los ámbitos, para que entre todas consigamos: "Izarrekin Sara Etxera!". Mila esker guztiagatik. Maite zaituztegu!