Ana Ollo
Consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno de Nafarroa
GAURKOA

Hacia un planeta 50-50

Este 8 de marzo, mujeres de todo el mundo, etnias, lenguas y culturas se unen para reivindicar una sociedad democrática más justa y equilibrada, sin barreras ni discriminaciones por razón de sexo; una sociedad basada en la igualdad, el respeto, la justicia, la paz y el desarrollo.

El Gobierno de Navarra quiere sumarse a esta conmemoración del Día Internacional de las Mujeres, manifestando una vez más su compromiso de seguir trabajando por la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, clave imprescindible para el avance y desarrollo global de una sociedad, basada en el respeto a los Derechos Humanos.

Las Naciones Unidas han elegido este año el lema «Las mujeres en el mundo laboral en transformación: hacia una planeta 50-50». Lema que rememora el origen de esta celebración cuando un 8 de marzo de 1857, un grupo de trabajadoras textiles salió a las calles de Nueva York para protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban. En 1911 esa misma ciudad sería escenario de un incendio en otra fábrica textil, en donde murieron 123 mujeres y 23 hombres, y que fue el detonante de la creación del influyente Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.

Han pasado varias décadas, pero sigue siendo necesario recordar que estamos lejos de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Una igualdad que debe pasar porque Administraciones públicas y la sociedad civil trabajemos en políticas públicas que impulsen el preciso empoderamiento económico de las mujeres.

Porque a pesar de todos los avances en igualdad de género que se han producido, en el año 2017 no podemos hablar de igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Todavía persisten demasiadas brechas que deben aminorarse con el esfuerzo conjunto para conseguir ese planeta 50-50.

Así, en una sociedad cambiante y en continuo desarrollo, la brecha salarial entre hombres y mujeres, no solo no disminuye sino que ha aumentado en los últimos años en Navarra. Datos como el alto peso del empleo en la industria, un sector en el que la incorporación de las mujeres es menor y donde los salarios son más altos, o las altas tasas de actividad y de empleo que registran las mujeres pueden explicar, que no justificar, que en el año 2014 la brecha salarial en Navarra fue del 29,65%, con una diferencia de 8.469,64 euros que las mujeres percibían menos en su salario bruto anual.

La medicina a aplicar es trabajar por la igualdad, con medidas de actuación concretas que desde el Gobierno de Navarra se han empezado a impulsar junto a otras transversales, que permitan incluir la perspectiva de género en las políticas públicas, a través de las Unidades de Igualdad de los distintos departamentos, y trabajar la corresponsabilidad y la ética del cuidado, así como romper con los estereotipos y roles de género que perpetúan la división sexual del trabajo.

Es indispensable que las políticas públicas y las actuaciones de los agentes privados pasen por impulsar la conciliación de la vida profesional con la vida privada. La conciliación, sí, pero unida a la corresponsabilidad, debe contemplarse en el diseño e implantación de las estrategia, fomentando la redistribución de tareas y tiempos de forma equitativa entre ambos. Es fundamental el reconocimiento de los cuidados y la corresponsabilidad como elementos clave para la sostenibilidad de la vida partiendo de la ética del cuidado y la conciliación desde la corresponsabilidad, construyendo así otro modelo de sociedad y de ciudadanía donde se dé valor al cuidado y sea un aprendizaje no sólo de las mujeres, sino de hombres y de la sociedad en su conjunto. En este ámbito desde el Instituto Navarro por la Igualdad se está promoviendo junto a las entidades locales, el Programa de Pactos Locales por la conciliación, a la par que se impulsan medidas en la administración y en la empresa como el Sello Reconcilia, en colaboración con AMEDNA.

Es necesario también, reducir la brecha digital de género y garantizar el acceso y capacitación de las mujeres al conocimiento de las tecnologías de la información y la comunicación. Esta desigualdad constituye un desequilibrio en el acceso a las nuevas tecnologías, dificulta el acceso al empleo, a la formación o a la información en general pero, además, surgen nuevos riesgos de sufrir violencia de género, ya que en demasiadas ocasiones reproducen los roles y estereotipos de género y posibilita nuevas formas de agresión a las mujeres.

Igualmente, debemos eliminar las brechas en el liderazgo, no sólo en el terreno laboral, sino en todos los espacios de toma de decisiones en las distintas parcelas de la vida social, económica y cultural. Es indudable la capacidad como líderes y agentes de cambio de las mujeres y su derecho a participar por igual en la gobernanza democrática, pero ello contrasta con la poca representación en los puestos directivos. Reforzar la posición de las mujeres en distintos ámbitos, así como valorar y visibilizar sus aportaciones en todos ellos, es un eje fundamental de la acción coordinada de los poderes públicos y la sociedad civil por lograr una sociedad más justa.

Y no podemos olvidar la que es una de las mayores lacras de la sociedad occidental y la máxima expresión de la desigualdad de género, la violencia contra las mujeres, la mayor violación de los derechos Humanos que impide el desarrollo humano democrático y la ciudadanía plena de las mujeres, siendo un grave atentado contra la justicia, la paz y la equidad de género.

El Gobierno de Navarra, a través del Instituto Navarro para la Igualdad, mantiene su voluntad en trabajar en la erradicación de cuantas formas de violencia atentan contra la vida, la libertad, la dignidad y la plena ciudadanía de las mujeres. El desarrollo del Plan de acción de la Ley Foral 14/2015 para actuar contra la violencia hacia las mujeres, una ley pionera y enmarcada en los derechos humanos desde el enfoque de género, deberá avanzar en este ámbito. Para ello debemos poner todos los esfuerzos y aunar compromisos y sinergias entre las instituciones y toda la sociedad, que sirvan para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y niñas. La puesta en marcha de este Plan, así como de los planes sectoriales en los ámbitos educativos, sanitarios, culturales y de políticas sociales, deberán avanzar en este aspecto.

Si bien se han dado pasos, todavía la sociedad debe ser consciente del largo trecho que queda para lograr una igualdad efectiva entre mujeres y hombres, y de la necesaria implicación conjunta para promoverla. Es necesario un gran esfuerzo que conduzca a una transformación social y un cambio de valores que termine con estas desigualdades.

Por todo ello, desde el Gobierno de Navarra y el Instituto Navarro para la Igualdad seguiremos reivindicando una Navarra basada en la igualdad, haciendo público nuestro compromiso por una sociedad libre de toda discriminación hacia las mujeres.