Juanjo Basterra
Periodista
IKUSMIRA

Dejar a la mayoría fuera del reparto es un atraco

Hacer un presupuesto para 2017 que sólo beneficia a la élite económica no tiene mérito. Respaldar el presupuesto de Urkullu (PNV-PSE) para este año como está, sería nada más y nada menos que permitir el atraco a las rentas bajas y garantizar este modelo de precariedad y desigualdad social creciente. No hay otra.

Según Eustat, la riqueza generada en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en 2016 llegó a su nivel máximo de las últimas dos décadas, pero la distribución de la misma trae mucho que desear. El modelo de Urkullu-Mendia es lo que destaca encima de la mesa. Un año más perpetúa ese modelo injusto que aparca a la mayoría.

Además el proyecto de Urkullu pincha precisamente entre quienes menos tienen, porque incumple su propia ley de Renta de Garantía de Ingresos (RGI) para no igualar el aumento extraordinario del SMI que se ha acordado en Madrid. Nos estamos acostumbrando a que nos cambien las leyes que no les resultan beneficiosas para sus bolsillos, ¿verdad señor Urkullu?, como ha pasado con cada una de las 52 reformas laborales hasta llegar a la precariedad máxima actual. Pero, ¿podría vivir usted señor lehendakari con un sueldo de poco más de 8.000 euros al año que percibirá una RGI?

Hace días la Fundación Adecco, nada sospechosa, señaló que un 33% de los vascos con empleo no superaba los 10.000 euros anuales de ingresos. Explotación pura y dura. Si añadimos a los pensionistas con bajos ingresos y a quienes perciben RGI, vemos que un año más se impone el modelo que garantiza más beneficios a la élite. Lamentable.