José Ignacio Martínez, Pilar Corraleño, Imanol Rodríguez
Delegados sindicales de ESK
KOLABORAZIOA

Osakidetza: paremos la privatización

La privatización de servicios en Osakidetza es una apuesta política clara de el departamento de Salud, con su consejero, el señor Darpon, a la cabeza. Una estrategia de política neoliberal, a la que no hace ascos el PSE, actual socio de Gobierno. Privatizar es impedir que la política gestione servicios públicos que garantizan el derecho básico a la salud, dejándolos en manos del libre mercado, cuyo único interés es el mayor beneficio económico en el menor tiempo posible.

Osakidetza había hecho suya esta reflexión cuando en su Acuerdo Regulador de Condiciones de Trabajo de 2007 se comprometió a no privatizar nuevos servicios y a revertir los ya privatizados. Pero parece ser que al actual consejero, fichado de la mayor empresa privada vasca en el ámbito de la salud, este acuerdo le venía mal y quiso inaugurar el nuevo Hospital Alfredo Espinosa de Urduliz licitando los servicios de cocina y vending por un lado y lavandería, planchado y lencería por otro.

Desde ESK interpusimos en enero sendos recursos ante el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales (OARC), que nos ha dado la razón y ha cancelado las dos licitaciones. Lo que ha supuesto un duro revés para el departamento de Salud.

En este contexto, Osakidetza y el departamento de Salud emiten un comunicado desairado y carente de argumentación, en el que arremeten contra ESK, acusándonos de ensuciar el buen nombre de Osakidetza y de sus trabajadores, y de alimentar un debate que no está en la sociedad. Defienden la calidad de los empleos que van a generar en Urduliz y aseguran que esos servicios finalmente se externalizaran, haciendo caso omiso a la resolución del OARC.

Pues bien, los y las delegadas de ESK, le decimos al señor consejero que tome como ejemplo hospitales como Cruces, Santa Marina, Gorliz, etc., en los que, con gestión totalmente pública, se consiguen excelentes niveles de valoración con menor coste económico. La comida en hospitales con servicio privatizado o con sistema mixto cuesta entre 5 y 8 €, en Cruces en cambio, con un sistema 100% público, 3,03€.

Se vanagloria el señor consejero de la calidad y cantidad de empleo que va a crear. Argumenta que desde lo privado también se genera empleo y riqueza. También a eso le queremos contestar; no se generan más empleos por privatizarlos, pero si serán más precarios. La generación de riqueza de la que habla es en realidad una trasferencia de dinero público a la empresa privada, que no solo tiene que cubrir los salarios de la gente empleada, sino que además tiene que «arañar» un beneficio. Solo en la limpieza del Hospital de Urduliz la privatización supondría un sobrecoste aproximado de 100.000€ anuales.

Externalizar personal no sanitario supone relegarlos a una segunda categoría, despojando a personal de cocina y limpieza de la importancia que tiene su trabajo para el mantenimiento y recuperación de la salud de los pacientes ingresados. Todos los estudios objetivos confirman la importancia de una buena alimentación y el mantenimiento de condiciones higiénico-ambientales optimas en la calidad, mejora y eficacia de los tratamientos médicos. Razones de peso para que estos trabajos los realice personal de Osakidetza y no empresas que van a escatimar en la calidad de los alimentos y de los productos de limpieza.Se pretenden externalizar servicios no sanitarios, porque según el consejero no son importantes, pero no dice nada sobre servicios sanitarios, de vital importancia, como el de la Red de Transporte Sanitario Urgente, que si está privatizado.

Dice el señor consejero que pretendemos alimentar un debate que no está en la sociedad. Claro que lo queremos alimentar, ya que ustedes lo esconden. Osakidetza lleva 30 años privatizando servicios sin aportar ningún estudio económico y de calidad que lo justifique. Por ello les proponemos un ejercicio de higiene democrática: una discusión social donde se aporten argumentos para adoptar el mejor modelo sanitario posible.

ESK no persigue, como afirma el consejero, desprestigiar a Osakidetza. Su único objetivo es defender la puesta en marcha del hospital de Urduliz 100% público porque las privatizaciones supondrán un claro perjuicio para la ciudadanía y los y las trabajadoras, ya que las privatizaciones generarán un sobrecoste para las arcas públicas, precariedad laboral y deterioro de la calidad.

Señor Darpon, Osakidetza no es suya,y sepa que los y las usuarias, los trabajadores y trabajadoras no vamos a permanecer impasibles ante las malas gestiones de quien dirigió una de las empresas punteras en la sanidad privada.