21 MAR. 2017 ACUERDO PRESUPUESTARIO EN LA CAV PNV y PP firman un pacto que ya rompieron en 2015 El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu,y el parlamentario del PP Antón Damborenea, firmaron ayer un pacto que garantiza a Lakua la aprobación de los presupuestos de la CAV gracias a la abstención del PP. Un pacto con idénticas bases al firmado para 2014 y roto para 2015. Pero entonces PNV y PSE sumaban una mayoría suficiente. Ahora no. Iñaki IRIONDO gasteiz En la sala de reuniones más pequeña del Parlamento, el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, y el parlamentario del PP Antón Damborenea firmaron ayer al mediodía un acuerdo de bases por el que el Gobierno de PNV-PSE se garantiza la aprobación de los presupuestos de la CAV para este 2017 gracias a la abstención del PP. El partido de la derecha española, por su parte, se jacta de haber impedido una «deriva» de las cuentas públicas hacia posiciones de la «extrema izquierda» y la «radicalidad», se garantiza que la reforma fiscal vuelva a ser acordada con ellos y consigue 29 millones de euros para sus peticiones, que se tramitarán a través de enmiendas. Lo llamativo es que las bases pactadas ayer son en muchos casos literalmente calcadas del acuerdo que el propio Antón Damborenea firmó el 3 de diciembre de 2013 con el entonces consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, para la aprobación de las cuentas de 2014. En esa época el PNV gobernaba en solitario, pero ya tenía un acuerdo con el PSE que le era suficiente para aprobar los presupuestos, pero no para acometer en las Juntas Generales de los tres territorios una reforma fiscal que, entre otras cosas, revertió los avances acordados con EH Bildu en Gipuzkoa. El pacto duró un año Aquel pacto entre PNV y PP apenas duró un año, pese a que como ahora se decía que tenía vocación de perdurabilidad. Aprobadas las reformas fiscales regresivas en las JJGG, los jeltzales pasaron a apoyarse únicamente en el PSE en el Parlamento de Gasteiz. Damborenea acusó al Gobierno de Urkullu de haber cambiado su orientación presupuestaria y de haber incumplido las enmiendas acordadas con ellos. Y votaron «no». A pesar de este precedente, el PP ha vuelto a confiar en Urkullu. Es cierto que ahora el Gobierno está en una situación de minoría que no padecía en 2015. También es verdad que el PP tiene además sus propias necesidades, tanto en Madrid como en la CAV. Quizá eso dote de mayor estabilidad a este pacto. Estabilidad que va a necesitar porque una de las propuestas estrella del PP, la de ir eliminando la rebaja del 7% a las ayudas familiares aprobada por el propio PP en 2012 de la mano del PSE, se ha pactado que comenzará en 2018 y acabará en 2020. Esa reducción por ley de todas las ayudas afecta también a la RGI, pero Antón Damborenea ya dejó muy claro que en eso no habrá cambios, que la subida del 1,5% prevista para este año ya le parece excesiva al PP. En materia fiscal, se lee que «cualquier planteamiento de reforma deberá contemplar un amplio acuerdo que no traslade a las rentas medias y bajas una merma de sus ingresos y favorezca la competitividad de las empresas vascas, especialmente de las microempresas, pequeñas y medias empresas, y favorezca el ahorro y la inversión». Sin exclusividad firmada Pese a que el miércoles pasado, cuando Lakua anunció que había elegido al PP como socio, el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, afirmó que PNV, PSE y PP rechazarán las enmiendas que presenten otros grupos parlamentarios, dicha cláusula no aparece en el acuerdo firmado. Ni siquiera figura por escrito el compromiso gubernamental de que cualquier acuerdo con otro partido deba ser antes puesto en su conocimiento. Ahora, el PP ha de fijar antes del viernes sus pretensiones para el gasto de sos 29 millones (0,26% del presupuesto) en forma de enmiendas parciales que apoyarán PNV y PSE. EH Bildu presenta una enmienda a la totalidad «por realismo» «Por responsabilidad y realismo, la única salida es decir no a estos presupuestos que cronifican las carencias». De esta forma anunció ayer EH Bildu la presentación de una enmienda a la totalidad a las cuentas del Gobierno de PNV y PSE pactadas ahora con el PP. Los parlamentarios Leire Pinedo e Iker Casanova explicaron que «son unos malos presupuestos que no responden adecuadamente a las necesidades de la sociedad y nos colocan en la antesala de una reforma fiscal que puede ser un auténtico fraude». A este respecto avisaron de que «si bien es cierto que hemos logrado que la necesidad de esa reforma sea asumida prácticamente por todo el mundo, si se hace según los parámetros del PP será un fraude que no permitirá dotar al Gobierno vasco de los instrumentos necesarios para dar respuesta a las necesidades de la sociedad». EH Bildu denunció que el Gobierno de Urkullu nunca ha tenido verdadera voluntad de negociar los presupuestos con ellos, y sostuvieron que el pacto con el PP esconde oscuros acuerdos alcanzados fuera de Euskal Herria entre el PNV y el partido de Mariano Rajoy. Pinedo y Casanova sostuvieron que «el PNV mira a España, a la derecha, y da la espalda a la mayoría social del país». Lamentaron el camino elegido por los jeltzales, cuando aseguran que había posibilidades de acuerdo en beneficio de la mayoría.I.I.