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EDITORIALA

Espíritu común, más allá de la muga y del desarme


Una amplia representación de prácticamente todo el espectro político –a excepción del PP– y sindical de Hego Euskal Herria compareció ayer, por primera vez de manera conjunta, para dar a conocer una valoración común sobre el desarme. Estimaron que se trata de un paso imprescindible para la paz y un hito básico dentro del proceso final ordenado y definitivo de la violencia. Además, solicitaron a los actores nacionales e internacionales implicados en el proceso de desarme que continúen con sus esfuerzos hasta su culminación e invitaron a los estados a coadyuvar en la misma dirección.

Más relevantes todavía fueron los compromisos que adquirieron de cara al futuro. Asumieron la responsabilidad de superar las consecuencias de décadas de conflicto, desde el recuerdo a todas las víctimas y la construcción de un futuro centrado en la convivencia. Asimismo, el documento firmado recoge el compromiso de encauzar las legítimas diferencias de modo democrático y civilizado, y de prestigiar el diálogo y el acuerdo como métodos para gestionar las disputas. Una completa declaración de intenciones que pone las bases para ir cerrando todas las cuestiones relacionadas con las consecuencias del conflicto.

La iniciativa de los «artesanos de la paz» se ha convertido en un revulsivo que impulsó la colaboración activa en la superación de las consecuencias del conflicto de prácticamente todo el ámbito político en Ipar Euskal Herria, sobre un diagnóstico común plasmado ya en la Declaración de Baiona de 2014. Sin los pasos dados en el norte, la foto de ayer en el sur no hubiera sido posible. Y la imagen encierra dos buenas noticias en una: no solo se amplía geográfica e ideológicamente el consenso, sino que supera la cuestión del desarme y aspira ya a deshacer otros nudos pendientes superando los bloqueos de Madrid y París. Todo ello representa a un país en marcha hacia otro futuro, más allá de fronteras y de temas concretos.