Solo Ferrari sigue la estela del Mercedes de Hamilton

El piloto inglés, con un coche excepcional, dominó la carrera de principio a finseguido por los Ferrari –que creen haber superado su crisis– y los Red Bull.

Lewis Hamilton (Mercedes) dominó de cabo a rabo, desde la salida hasta la meta, el Gran Premio de China, el segundo del Mundial de Fórmula Uno disputado en el circuito de Shanghái, donde relegó a la segunda plaza al alemán Sebastian Vettel (Ferrari), el que le quitó la victoria en Australia y con el que ahora comparte el liderato.

El piloto inglés, que había mejorado en la pista china el récord de vuelta vigente trece años y hasta el sábado en poder de Michael Schumacher, firmó ayer su 54ª victoria. Eso, un día después de lograr su sexta pole seguida, la segunda del año y la número 63 de su carrera, a sólo dos del brasileño Ayrton Senna –fallecido en accidente en 1994 tras ganar tres Mundiales– y a cinco del récord del alemán.

Por tanto, Hamilton, que a regañadientes tuvo que ceder el título el año pasado a su compañero de equipo y rival alemán Nico Rosberg, no quiere dejar escapar la oportunidad de lograr su cuarto título, tras los de 2008, con McLaren; y en 2014 y 2015, con Mercedes.

Así que, desde que el semáforo se puso en verde, el inglés aceleró hasta la victoria y ganó ajeno a todo lo que ocurría detrás. Que no fue poco. Especialmente en las primeras vueltas, con las paradas por la salida de pista y posterior retirada del canadiense Lance Stroll (Williams) y por el accidente del italiano Antonio Giovinazzi en el cuarto giro. Se produjeron cuarenta adelantamientos más que en el Gran Premio de Australia, pero entre todas las alternativas solo hay dos que puedan hacer sombra a los Mercedes, los Ferraris de Vettel y Raikkonen y los Red Bull de Verstappen y Ricciardo.

En cuanto a Fernando Alonso, el doble campeón volvió a sacar, mientras pudo, petróleo de un McLaren-Honda que sigue sin carburar. Tras salir decimotercero, llegó a rodar sexto y se mantuvo en zona de puntos hasta que en la vuelta 35 se rompió el palier de la transmisión de su monoplaza. Superado el primer calentón, ironizó con que espera seguir divirtiéndose hasta que el coche funcione.