Una pareja de famosos que se está separando (o se duda si llevan tres años ya separados) formada por Paula Echevarría y David Bustamante, una ruptura aparentemente sentimental y por irrupción de terceras personas, un posible divorcio que parece se está manejando con sumo cuidado, con retraso de su conocimiento público, con acciones sospechosas que confunden debido a los supuestos compromisos publicitarios de ambos. Incumplirlos significa pérdida de dinero. Cumplirlos una manera de visualizar el esclavismo de lujo. Han vendido su vida a las marcas que publicitan. Han vendido su cuerpo, su imagen, pero también sus sentimientos, sus relaciones. En definitiva unas biografías trucadas convertidas en un producto de consumo. Un negocio antiguo.

Estas rupturas con presencia informativa exagerada forman parte de un sistema en donde la publicidad marca los contenidos. Telecinco ha cambiado su oferta de fin de semana y en “Sábado Deluxe”, ha decidido competir directamente con “La Sexta noche”, y así, sin quererlo, nos vemos en la disyuntiva de elegir entre una entrevista larga, acomodada al diputado de ERC Gabriel Rufián, a cargo de Jorge Javier Vázquez, ambos nacidos en la localidad catalana de Badalona y un debate sobre si hay una generación perdida debido a la crisis con Iñaki López.

No puedo negarlo; soy muy fan de Rufián y me quedé con él, hasta que llegó la publicidad y me despisté, pero me pasó igual con la otra opción, así que resumo: Rufián es un tipo con recursos, un comunicador nato, un político atípico, un animador del Congreso y de los platós. Y no se corta nada en explicar los comportamientos barriobajeros de algunos miembros destacados de los grupos de la derecha y del extremo centro. Por cierto, en el programa de Mediaset no está Inda, lo que es un alivio democrático.