11 ABR. 2017 Munilla entra en cólera por la presencia de Zuppi GARA DONOSTIA El éxito del desarme, tanto a nivel operativo como popular, no solo ha dejado en feo al Estado español y sectores políticos vascos, sino también a los obispos nombrados por la jerarquía eclesiástica para Euskal Herria. Y es que en Baiona tuvo un papel principal como fedatario Matteo Zuppi, muy cercano al Papa Francisco, lo que pone en evidencia la posición de prelados como José Ignacio Munilla. El obispo de Donostia no ocultó ayer su malestar, verbalizado en la emisora Radio María. Mostró su «sorpresa» por la participación de Zuppi y por que no se hubiera comunicado nada a los obispos de los cuatro herrialdes vascos del sur ni tampoco al de Baiona. Menos importancia parece dar a la intervención del irlandés Harold Good, a quien se refirió como «sacerdote metodista». Respecto a Zuppi, consideró que se implicó en el acto final del desarme «por su cuenta y riesgo» sin que hubiera detrás ningún encargo concreto del Vaticano para ello. Como publicó ayer GARA, aunque hasta ahora su implicación no había sido conocida Zuppi lleva muchos años impulsando la resolución del conflicto vasco en la sombra, desde su puesto en la Comunidad de San Egidio, que además de ayudar a refugiados asume labores de diplomacia política. «Puedo decir que el obispo de Baiona nos ha comunicado a todos los prelados que desde la Santa Sede, desde la Secretaría del Estado, le han comunicado que puede decir públicamente que el arzobispo de Bolonia acudió a título particular, sin ningún tipo de bendición ni explícita ni implícita de la Santa Sede», declaró Munilla. Intentó sostener por tanto que «la Iglesia no ha estado para nada implicada en esto», y luego tiró de sarcasmo para preguntarse si tras el sábado «este tiempo de laicismo ha terminado y a partir de ahora todo va a ser distinto».