30 ABR. 2017 El Foro Social comenzará a elaborar un mapa integral del sufrimiento El Foro Social Permanente aboga porque sea la sociedad civil quien lidere la tarea de construcción de la convivencia, en colaboración con las instituciones. Para tal fin, según anunciaron ayer en el transcurso de una jornada celebrada en Gernika, pondrá en marcha un proceso de reflexión que les lleve a desarrollar un mapa integral del sufrimiento, donde queden identificadas y reconocidas las víctimas producidas como consecuencia de décadas de conflicto. Agustín GOIKOETXEA GERNIKA El Foro Social Permanente abordó en una jornada desarrollada ayer a la mañana en Gernika cómo construir la convivencia. En esta tercera experiencia se eligió la villa foral vizcaina, porque, explicaron, entienden que lo vivido en 1937 «es la mejor muestra de cómo no se deben hacer las cosas. Aquel conflicto –recordó Aitzpea Leizaola– se cerró en una lógica de vencedores y vencidos; de humillación, sin reconocimiento, justicia ni reparación para una parte de las víctimas. Hoy, 80 años después, sabemos que un conflicto bien cerrado requiere de garantías sólidas de no repetición». Tras lo acontecido el 8 de abril con el desarme de ETA, quienes conforman el Foro Social creen que se abre «un escenario aún más propicio para abordar todas las consecuencias del conflicto, y en concreto –añadió Iñaki González Murua– para dar nuevos pasos hacia la creación de unas bases para una convivencia futura realizando un ejercicio de aportación para avanzar hacia el conocimiento de todo lo sucedido». Entienden que la consecución de una paz justa y duradera «requiere arriesgar planteando iniciativas abiertas e integrales que ayuden a marcar nuevos hitos en este proceso». Ayer, en Gernika, se dieron detalles de las experiencias de foros por la convivencia constituidos en Tolosa, Orio, Elgoibar y Lasarte-Oria, algunos promovidos por fuerzas políticas a nivel local pero otras por los propios ciudadanos. El Foro Social consideró «sumamente enriquecedores» los testimonios ofrecidos, al igual que los de Ahotsak e iniciativas como Bakeola, Baketik y Berbari Lekua que ayudaron a ponerlos en marcha, en su mayoría en pueblos de Gipuzkoa gracias a un apoyo institucional prolongado en el tiempo. «El reconocimiento de todos los sufrimientos vividos es parte fundamental de la construcción de una nueva convivencia futura, y hoy hemos querido dar aquí un pequeño paso –reconocieron–, aportando entre todas las diversas perspectivas y sensibilidades que permiten avanzar en este sentido». Consensos transversales El Foro Social estima que todo tipo de iniciativas que han ido surgiendo en este ámbito en el país «demuestran que es posible lograr consensos transversales con todos los sectores en los marcos locales». Incidieron en que el propio espacio social que constituyeron para impulsar el proceso de paz en Euskal Herria es consciente del papel que puede aportar para desatar «los nudos que bloquean, dificultan y/o retrasan la resolución de las consecuencias del conflicto». Subrayaron que lo sucedido en torno al desarme de ETA ha sido la constatación práctica de esa contribución que les anima a profundizar en ese camino «desde planteamientos e iniciativas abiertas e integrales». De ahí, el valor que otorgan a los foros locales para fijar nuevos hitos «en el proceso hacia la consecución de una paz justa y duradera para nuestro pueblo». El objetivo, añadieron en su reflexión, es crear las bases de una convivencia futura desde el respeto a todos los derechos para todas las personas «y ello implica abordar todo lo acontecido y sus causas». De ahí que el Foro Social Permanente crea que es «imprescindible reconocer y reparar a todas las víctimas producidas, todas las vulneraciones de derechos humanos así como determinar y reconocer otro tipo de sufrimientos relacionados directamente con él». Para avanzar en la consecución de una paz justa y duradera, en su opinión, es fundamental conocer lo sucedido. «Estamos ante una realidad que ha sido y es poliédrica. En la que han existido y existen sufrimientos que aún no han emergido a la superficie social. Pero estos también son parte de la memoria sobre lo ocurrido y requieren también de su reconocimiento para ir abordando en su conjunto el proceso de superación del conflicto y consecución de un nuevo escenario de convivencia futura», manifestaron. Remarcaron que la verdad es indispensable en el desarrollo de los procesos de paz en cualquier lugar, también en Euskal Herria. «Tener un conocimiento pleno y completo de los hechos que se produjeron, es parte del derecho a la reparación que tienen las víctimas, todas las víctimas. Asimismo, es fundamental para abordar el pasado con honestidad, para facilitar el relato de cada una de las víctimas que, sin negar lo acontecido, conformen la memoria colectiva, y para fomentar una lectura crítica en todos los sectores sociales y políticos», defendieron en su reflexión ayer en Gernika. «La energía que se crea es impresionante» La jornada de Gernika estuvo marcada por las experiencias aportadas por integrantes de los foros locales, aunque un precedente importante fue Ahotsak, cuando mujeres de distintas ideologías fueron tejiendo complicidades desde 2001 hasta presentar un documento en abril de 2006 en el Palacio Miramar de Donostia. Kontxi Bilbao subrayó que «aquel texto es el documento que más consenso ha logrado hasta la fecha, sumando a políticas, sindicalistas, movimiento feminista...». Bilbao desveló que mantienen el contacto y que ve muchas potencialidades a ese marco, especialmente para que las mujeres se sumen al proceso. Es uno de los puntos débiles, en consonancia con la realidad social, y otro encontrar un modo de que los jóvenes conozcan lo sucedido durante décadas a pesar de la labor realizada, por ejemplo, desde el Consejo de la Juventud. Desde Elgoibar estimaron que es imprescindible «paciencia, discreción y empatía». Peioa Rubio incidió en que trató de trasladar al pueblo lo que él había visto durante años en su caserío Txillarre, en las conversaciones entre Eguiguren y Otegi. Desde Lasarte, Kike Intxausti reconoció que «los comienzos fueron muy duros, ha habido 7 muertos. No sabía cómo me iban a recibir en el foro», apostillando que las relaciones personales entre los miembros se han ido transformando. «La energía que se crea en el foro es impresionante», añadió Mercedes Martínez, también de ese pueblo. En el caso de Orio, aseguraron que hasta cierto punto había sido «terapéutico». «Nadie nos había dado oportunidad de hablar de nuestro dolor», explicó. El elgoibartarra Iñaxio Garmendia apuntó a que había aprendido la existencia de «verdades y relatos diferentes».A.G.