Sergi López: «El silencio y el cine tienen algo en común»
El actor Sergi López, coprotagonista junto a Olivier Gourmet de la última película de la cineasta Marion Hänsel, confiesa que «el silencio y el cine tienen algo en común». «Río arriba», que llegó a nuestra cartelera el viernes pasado, narra el encuentro de dos hermanastros para saber qué sucedió con su padre, aparecido muerto de un tiro.

Como es habitual en el cine de Hänsel, “Río arriba” es un filme minimalista, con pocos diálogos y mucha contención en los personajes. En una entrevista concedida a Efe, López afirma sentirse atraído por ese cine: «Actuar sin palabras me motiva mucho y, aunque en teatro no callo y hablo por los codos, me gusta actuar en silencio en el cine, pues el cine y el silencio tienen algo en común. El cine tiene mucho que decir cuando presenta al espectador a alguien que vive, observando en silencio, qué está pensando».
Admite que la directora belga bebe de fuentes como Ingmar Bergman, «un cine en el que el espectador no está adoctrinado sobre qué debe pensar o qué ha de mirar, y tiene tiempo para entrar en el paisaje, escuchar el viento, dejarse llevar y entrar en la cabeza de los personajes».
López (Villanueva y Geltrú, Barcelona, 1965) ya había trabajado con la directora en un pequeño papel en su anterior filme, “La tendresse” (La ternura), y cuando le envió el guion de “Río arriba”, «tan simple, cargado de emociones» y con la oportunidad de trabajar junto a Olivier Gourmet, pensó que era «algo imposible de rechazar».
López percibe la manera de hacer de Hänsel como «un cine tranquilo, casi antisistema o contracorriente, ya que hablamos de remontar un río».
En su opinión, Hänsel no es partidaria de grandes montajes, de un cierto dinamismo que el lenguaje cinematográfico tiene adoptado como algo evidente: «No tiene miedo al silencio, a mostrar a sus personajes fumando ensimismados en sus propios pensamientos, porque no es una directora efectista. No le gustan los efectos especiales ni los efectos de cámara, de luz, ni la grandilocuencia».
A pesar de haber hecho un cine militantemente feminista, “Río arriba” es una película de hombres, pues, como dice López, «Hänsel quería hablar de esos hombres de cincuenta años, perdidos, que ella observa desde la barrera como una especie de animales singulares para ver cómo se escuchan, cómo se conocen». De hecho, la película es la historia de un reencuentro de dos hermanastros que se acaban de conocer en el inicio de la película.
Rodar en Croacia fue puro azar, porque inicialmente estaba previsto hacerlo en Vietnam, remontando un río tipo del “Apocalipsis Now”, lleno de mosquitos y serpientes, pero por cuestión de producción se encontraron en Croacia con «este paraje tan extraño, con un río que no se sabe bien hacia dónde ≠va, con un paisaje en momentos muy árido y en otros con bosques muy frondosos».
Ese ámbito natural se convierte en coprotagonista del filme, con el viento, los pájaros, la lluvia y el omnipresente río.
En su versión en castellano, la película de Hänsel se estrenará con el título homónimo de un filme de John Ford de 1930. «Es curioso que los ‘western’ se definían como un viaje físico en el territorio y también un viaje interior, pues los personajes no eran iguales al principio que al final del trayecto, y en cierto modo esta película sería también un ‘western’».
Para cerrar el círculo, la primera película que dio proyección internacional a Sergi López fue "Western", dirigida por Manuel Poirier, que era también una “roadmovie”, «un viaje catártico por la Bretaña».
López, que tiene pendiente el estreno de la próxima película de Marc Recha, “La vida lliure”, es consciente de ser «un privilegiado» por haber podido trabajar en más de ochenta películas hasta ahora.

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