Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Campeones a las puertas

El Bayern alcanza su quinto título seguido, Juventus, Chelsea y Mónaco lo tienen en la mano, lo mismo que el Spartak de Moscú.

Es sabido que el San Lorenzo de Almagro es el club de las oraciones del Papa Francisco, pero el Gimnasia y Esgrima de la Plata tiene el honor de ser el único equipo argentino que ha sido reibido por la Madre Teresa de Calcuta, que incluso vestía sus hábitos con el azul y blanco de los ‘lobos’. La conocida misionera, fallecida hace diez años, era en realidad Agnes Gonxha Bojaxhiu, originaria de Albania, un país cuya liga de fútbol vivió este fin de semana el clásico local, el derbi de la capital, entre el KF Tirana, uno de los más viejos del lugar y propiedad del Ayuntamiento que lo quiere reflotar, y el Partizani, ligado en su día al Ministerio de Defensa y nacido en honor a la resistencia comunista durante la Segunda Guerra Mundial. Una rivalidad pasional que enfrenta a la hinchada nacionalista del Tirana, hermanada con otras de Kosovo o Macedonia, a la de los nostálgicos de tiempos pasados del Partizani, cuyos radicales son conocidos como ‘Ultras Guerrils’. Al final, 1-2 para los segundos, colíderes.

Un fútbol albanés que nunca ha sido la quintaesencia del balompié continental como en otros tiempos lo fue el búlgaro, que esta jornada dirimía su particular clásico entre el Levski de Sofía y el CSKA Sofía, segundo contra tercero en la tabla, duelo con su particular intrahistoria. Los primeros deben su nombre el héroe patrio Vasil Levski, y de siempre atrajo a los seguidores residentes en los suburbios de la capital, los barrios obreros, en tanto el CSKA ligado al Ejército hizo lo propio con la élite intelectual. Hoy, décadas después, unos y otros se entremezclan en este enésimo ‘derbi eterno’ de la región de los Balcanes, que en 1985 llegó a derivar en una pelea de jugadores que acabó con ambos clubes disueltos y algunos como el que fuera azulgrana Hristo Stoichkov sancionados de por vida; la decisión fue revocada un año después.

En esta ocasión, el enfrentamiento tenía algo de especial, y es que el CSKA venía en 2015 de haber sido descendido en los despachos a la tercera división, decisión motivada por el agujero económico que arrastraba. De ese pozo lo ha sacado el magnate Girsha Ganchev, uno de esos empresarios hechos a sí mismo, que estudió en EEUU y a su vuelta montó un imperio de gasolineras, gas y concesionarios de marcas chinas. Primero creó de la nada el Litex Lovech, al que hizo bicampeón, hasta la ruina del CSKA, al que recogió de sus cenizas, subió a segunda y en 2016 tras sustituir la licencia del Litex, también descendido en los despachos, por la del antiguo club del Ejército, lo ha devuelto a primera división.

Esta jornada, el CSKA se impuso por un contudente 0-3, aunque no evita que siga líder el equipo más fiable de los últimos tiempos, el Ludogorets, un modesto club nacido en 2001 en la ‘tierra de los bosques salvajes’ y del que es dueño un multimillonario de negocios tan variopintos como la cerveza, bicicletas o construcción de barcos.

El singular Beerseba repite

Derbis tan pasionales como el de Moscú, ese clásico por excelencia de la capital entre los konis (caballos) del CSKA y el ‘equipo del pueblo’ Spartak, que se vive tanto en el césped como en la grada. Uno de los roces que más se recuerdan tuvo lugar en 2009. Los ‘adoradores’ de Espartaco diseñaron una enorme tela que recordaba a la mítica pintura de Miguel Ángel, ‘‘La Creación’’. En el centro de la composición aparecía el escudo del Spartak, pero los hinchas rivales se enteraron del lugar donde se había elaborado el lienzo, acudiendo y quemando el enorme ‘tifo’. Los rojiblancos se quedaron sin su estandarte a menos de un día del derbi. Sin embargo, la historia no acabó aquí. Se movilizaron y pasaron la noche preparando una nueva tela, lograron rehacerla a tiempo y al salir al campo, sus jugadores vieron esta pintura épica en las gradas, así como una bandera con un mensaje a sus rivales: ‘‘Las obras maestras no arden’’.

Hace años ambas hinchadas se peleaban, hoy, bajo estricta vigilancia policial, recurren a la quema de banderas. Esta jornada el triunfo 1-2 para el Spartak le ha puesto el campeonato en bandeja tras 16 años de sequía, con 12 puntos por jugar y 10 que saca al CSKA y 8 al Zenit.

El que ha revalidado título de la Liga Ha´Al israelí ha sido el singular Hapoel Beerseba tras imponerse a su rival por el entorchado, el Maccabi del Tel Aviv de Jordi Cruyff, director deportivo del club más antiguo del país. El campeón, equipo modesto a mil kilómetros de Tel Aviv en pleno desierto de Negev, era desconocido hasta el año pasado. Beerseva, ciudad identificada por ser la capital con más grandes maestros del ajedrez del mundo, afición enraizada tras la emigración de muchos ciudadanos desde la extinta URSS, alumbra ahora en el mapamundi futbolístico.

Con una base social eminentemente sefardí, conservadora, en la presidencia del club se sienta desde 2007 una mujer, Alona Barkat, una inquieta empresaria que trabajó en Sillicon Valley, una recién llegada de Tel Aviv pero que ha calado en la comunidad, e incluso se ha atrevido a fichar jugadores árabes o crear programas de integración para los descendientes de judíos etíopes o los beduinos.

Un título que ya sabe vuelve a ser suyo, por quinta vez consecutiva, el poderoso Bayern de Munich, que goleó 0-6 a los ‘lobos’ del Wolfsburgo y aprovechó el empate del Leipzig ante el penúltimo clasificado para recaudar una nueva ensaladera. Es la cuarta liga de Carletto Ancelotti, que ya ha ganado el torneo de la regularidad en Italia, Francia, Inglaterra y ahora en Alemania. Así que todo el interés se centra en la de nuevo delicada situación del histórico Hamburgo, tercero por la cola, y ese duelo apasionante entre el sorprendente Hohenffeim, tercero y ya clasificado por primera vez en su historia para Champions con un técnico de solo 29 años, Julian Nagelsmann, y el Borussia Dortmund, cuarto, separados por un solo punto, y que se ven las caras este sábado.

Un campeonato que parece ya no se le va a escapar al Chelsea. 0-3 en el difícil feudo del Everton, auténtico golpe de mano para mantener su ventaja de cuatro puntos sobre un Tottenham que se impuso en el último derbi del norte de Londres en el mítico White Hart Lane, 2-0 al Arsenal, lo que supone que el equipo de Mauricio Pochettino, que ha batido su récord de puntos en una temporada de Premier League, finalizará por delante de su rival ciudadano por primera vez en 22 años. La hegemonía en el norte de la ciudad ha cambiado de signo, algo que se veía venir. Y como tropezaron City y United, cediendo sendos empates, el que se aprovechó fue el Liverpool de Klopp, para merced a un golazo de chilena del turco Emre Can encaramarse a la tercera plaza.

Bonucci lleva a su hijo al Torino

Por arriba codazos, por abajo, descenso confirmado de un histórico como el Sunderland. A los ‘Gatos Negros’ se les acabaron todas las vidas, tras caer de nuevo en casa donde solo han ganado tres partidos. En la Serie A es el Palermo el que va de cabeza a la Segunda italiana. Lo está haciendo tan mal como un Inter sumido en una pésima racha que le aleja de Europa y más tras caer 0-1 ante un Napoli que se coloca a un punto de la Roma, segunda, tras el batacazo en el derbi de la ciudad. La Lazio, con un excelso Keita Baldé, ex de la cantera del Barça, goleó 1-3 a los giallorossi, en el último derbi jugado por Franceso Totti.

La Juventus no pudo pasar del empate, así que su central Bonucci aprovechó para llevar a su hijo a ver al rival Torino, del que es hincha el chaval, algo lógico en Turín, donde la Vecchia Signora será el equipo de Italia pero el Torino, compendio de historia, mito y tragedia, es el de la ciudad, donde hasta a los juventinos les cuesta encontrar críos que no sean seguidores del ‘Toro’. Pero para embestida la del Niza al PSG, choque decisivo en Ligue 1 y que con el 3-1 final pone Le Championnat a los pies del Mónaco –debe ganar dos de los cuatro partidos que restan– y deja tocado a Unai Emery, que suena para la Roma. El héroe fue Mario Balotelli, que suma 14 goles. Enderezado, sin que haga falta, como hizo el técnico Brendan Rodgers en el Liverpool, ponerle una cláusula según la cual recibiría un bono de un millón de libras si durante el año no era expulsado más de tres veces, no escupía ni insultaba nadie. Ante el PSG se encaró con Cavani. ¿Culpa de ‘Balo’? Como aclaró el jugador galés Robbie Savage, quien tras ser sustituido utilizó el baño del árbitro dejando un ‘regalo’, «lo que dijeron es mentira, juro que tiré la cadena».