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JO PUNTUA

En plena descomposición


Se acaba de publicar otro sondeo del CIS sobre intención de voto, y, dicen, que aunque baja algo, el PP seguiría ganando las elecciones con amplia mayoría. Ciertamente las predicciones de este organismo no son muy de fiar, pues además de sus vinculaciones con quien está en el poder, sus métodos de trabajo incluyen «cocina», refinada forma de llamar al arrimar el ascua a su sardina, o a maquillar los datos proporcionados por las encuestas para que se aproximen más a los deseos de quienes realizan el estudio que a la fría realidad. Pero, así y todo, habrá que admitir que cuando este dato se repite una y otra vez constituye una tendencia, que no puede explicarse, únicamente, por el asunto de la manipulación de alimentos. En un clima de escándalo diario de corrupción, control y manipulación de la fiscalía, con intento de apartar a los que investigan para sustituirlos por otros mas dóciles, evidencia de chivatazo a los corruptos –desde las estructuras del Estado– de que están siendo investigados, para que puedan destruir pruebas y buscar coartadas y la constatación de que el PP se ha presentado dopado por la financiación ilegal a casi todas las elecciones, son cuestiones que no parecen importar a los votantes españoles.

Y uno busca explicaciones para este despropósito. La primera puede ser que el franquismo sociológico está intacto y buena prueba de ello son las zancadillas para la aplicación de la Ley de Memoria Histórica o el esperpento que rodea a todo lo relacionado con el Valle de los Caídos. Pero no menos importante puede resultar el desolador panorama de las alternativas. En Francia, el felón Valls, habla de que el Partido Socialista con el que ha sido ministro y al que sigue afiliado, está muerto, y en España los susanistas alertan de que si gana Sánchez, también estarán muertos, los pedristas llaman mafiosa a la dirección y Super Patxi augura la desaparición de seguir el proceso de primarias como va. Todos huelen a descomposición.