Raimundo Fitero
DE REOJO

Fenómeno

Intento rebuscar en mis archivos de las emociones televisivas lo que guardo del descubrimiento en el año mil novecientos noventa de una serie que se basaba en el asesinato de una tal Laura Palmer. Vuelve a los veintisiete años de su estreno “Twin Peaks”, la serie de David Lynch de la que tanto se ha escrito y se sigue escribiendo. Un fenómeno realmente espectacular que yo hoy, con unos cuantos kilovatios más de escepticismo, coloco como una obra maestra de mercadotecnia, de venta de un producto audiovisual, de convencimiento a los medios de que estábamos ante algo excepcional. Y lo magnífico es que casi tres décadas después sigamos alimentando la leyenda, muy poco fundada, a mi entender.

Ahora mismo recuerdo un programa previo al inicio de la serie en Telecinco con José Luis Garci haciendo una presentación detallada, larga, fundamentada, en términos apologéticos que sirvieron para que unos cuantos millones de telespectadores contextualizaran lo que íbamos a ver. Desde la distancia temporal, una serie no lineal, un argumento donde el misterio se fundía con una estética muy precisa, símbolos narrativos que perduran en el tiempo, y una leyenda por ser algo muy intenso que duró muy pocos capítulos lo que ayudó a su crecimiento en el imaginario colectivo y una referencia de la que no se puede estar seguro haya tenido seguidores o continuidad.

Ahora la vamos a poder confrontar con las nuevas narrativas, con algunas series que de una manera mecánica consideramos que son de una calidad excelsa. Esta serie perdura en la memoria de los especialistas porque fue una apuesta estética, un rompimiento, una incorporación de elementos de otros ámbitos y consiguió mantenerse dentro de una lógica aceptación de las audiencias masivas que son el negocio televisivo en abierto.