Todo aquel que ayer paseó por los aledaños de Anoeta pudo ver los alrededores del estadio con excavadoras y grúas. «Esta vez, después de no sé cuántas demoras, se ha hecho realidad el comienzo de las obras del estadio de Anoeta», desveló al respecto Jon Redondo, director de Juventud y Deportes de Lakua, mientras que para Jokin Aperribay, presidente de la Real, se trata de «un sueño cumplido». Lo hicieron durante la comparecencia que ofrecieron los responsables del Ayuntamiento, Diputación, Lakua y Real para dar por iniciada la reforma del estadio.

Y es que después de más de diez años de obstáculos, ayer por fin se dio inicio a la “fase 0”, que debía comenzar el pasado mes de marzo y que consiste en trabajos preparatorios en el exterior del estadio –escaleras y elementos auxiliares–, aunque también incluye labores de cimentación de pilares exteriores y de prolongación de tribunas. A lo largo del verano y con la temporada ya empezada, se iniciarán los trabajos del lote uno, el más potente, con la demolición y construcción del fondo sur –el que da al miniestadio–, que finalizaría en agosto de 2018.

El verano de ese mismo año será el momento más difícil y crítico de las obras con la bajada del césped para acometer después la desaparición de las pistas y el reperfilado de las tribunas. Aperribay se comprometió ayer a hacer «el esfuerzo necesario para no tener que salir a jugar fuera». La tercera y última fase se acometerá entre octubre de 2018 y octubre de 2019 para la demolición y construcción del fondo norte –el que da a la Avenida de Madrid– y la nueva envolvente de la fachada, así como las adecuaciones exteriores, los nuevos accesos y remates.

Así, se espera que el nuevo estadio esté finalizado con la temporada de Liga 2019/20 ya comenzada y pasará de tener un aforo de 32.000 a 42.000 localidades. Sin embargo, existe el problema de llenar Anoeta, como se ha visto esta misma temporada con una media de 20.000 personas. Preguntado al respecto, Aperribay subrayó que «llevamos año y medio trabajando en ello, tenemos planes para ello y seguro que ese reto también lo conseguimos».

El presidente también señaló que es «muy posible» que el nombre del estadio cambie, en virtud del convenio suscrito con el Ayuntamiento donostiarra y que alumbra esta posibilidad como forma extra de ingresos para el equipo guipuzcoano.

Aperribay pide «paciencia»

Frente a las obras, que se prolongarán durante dos años, Aperribay admitió que «serán años difíciles y las obras serán largas», por lo que pidió «paciencia» a los aficionados. «Con los equipos de trabajo superaremos esas dificultades. La remodelación es el mejor fichaje para la Real», volvió a insistir Aperribay, como en pasadas ocasiones.

El máximo mandatario blanquiazul solo tuvo palabras de agradecimiento para las instituciones que han hecho posible la remodelación: «Gracias de corazón. Estamos construyendo la Real del futuro, y el de hoy es un día precioso para nosotros. No solo porque venimos de un fin de semana que nos ha dejado una sonrisa, sino porque hoy se cumple un sueño. Han sido muchas horas de trabajo y el día de hoy supone el futuro, el progreso, los cimientos de la Real».

Las obras estarán acompañadas por la remodelación del miniestadio, el Centro de Cultura Ernest Lluch, y la construcción de un campo de hockey hierba al lado del Hipódromo de Donostia, tal y como exigió el Ejecutivo de Gasteiz a cambio de su implicación en el proyecto.

El club ya negocia la renovación de Loren

Mientras parte de la plantilla del primer equipo está de vacaciones en Ibiza para la despedida de soltero de Iñigo Martínez, Jokin Aperribay anunció ayer movimientos en los despachos. El máximo mandatario realista señaló que el club va a negociar con Loren la renovación de su contrato, una vez que ya ha decidido seguir contando con su labor como director deportivo. Este hecho se da después de logar el billete a Europa, algo que el club debe «buscar de forma recurrente», subrayó el presidente realista.I. C.