El Gobierno británico rebajó la alerta «antiterrorista» de «crítica» a «grave», después del atentado reivindicado por el Estado Islámico, que el martes provocó 22 muertos y 116 heridos en un concierto juvenil en Manchester. La primera ministra, Theresa May, subrayó el «importante número de operaciones policiales» llevadas a cabo. Ayer el barrio de Moss Side fue desalojado, la Policía detuvo a otras dos personas, interrogó a once sospechosos y llevó a cabo varios registros. May apeló a los británicos a «permanecer vigilantes» durante un fin de semana con tres días festivos en el que tienen lugar numerosos actos deportivos relevantes.