KOLDO CAMPOS
Escritor
GUTUNAK

Guardia mora

Una partida de casi 8 millones de euros destina el Estado español en sus flamantes presupuestos aprobados recientemente en el Congreso con el respaldo del PNV, a la Guardia Mora de Franco. La guardia mora, selecto cuerpo de soldados marroquíes, no solo se limitó a participar en el golpe de Estado de 1936 sembrando el terror en los pueblos que ocupaba como avanzadilla del ejército fascista, sino que, consumado el crimen y establecida la dictadura, permaneció acuartelada en Madrid durante décadas en el mismo palacio de El Pardo que sirviera de residencia al tirano, como guardia personal de Franco.

Imposible borrar de mi memoria la presencia de aquellos guardias moros a caballo, cubiertos de turbantes y largas capas blancas, flanqueando el vehículo en que se desplazaba Franco.

Han pasado casi 80 años desde que terminara la guerra y repugna constatar que el mismo Estado español que se niega a cumplir con la Ley de Memoria Histórica a la que no aporta un solo euro para que, entre otras cosas, puedan ser identificados y recibir sepultura las decenas de miles de españoles que siguen tirados en las cunetas, sin embargo, sí disponga cuantiosos recursos para gratificar a quienes Dolores Ibarruri (La Pasionaria) definía como «la pezuña fascista».