GARA Euskal Herriko egunkaria
IKUSMIRA

Multa a la sabiduría de nuestros abuelos


Hace pocos días teníamos noticia de la multa millonaria (27.000 euros, 4,5 millones de las antiguas pesetas) impuesta a una mujer de 88 años de Zegama por preparar pomadas y cataplasmas a partir de hierbas que ella misma recolectaba a los pies del monte Aizkorri siguiendo una tradición familiar de más de 300 años. El departamento de Salud del Gobierno Vasco ha aplicado a rajatabla la ley que tipifica la preparación de estos remedios como infracción «muy grave».

Lo primero que llama la atención es que esta mujer haya sido tratada como esos estafadores que solo buscan sacar los cuartos a los enfermos que ya no tienen a quién recurrir. En este caso, todo parece indicar que lo único que ha hecho esta mujer ha sido aplicar unos conocimientos heredados de sus antepasados y que se han demostrado eficaces durante cientos de años.

También resulta llamativa la escasa sensibilidad del departamento de Salud al imponer a una anciana de 88 años una multa de semejante cuantía. Recordemos que hace tan solo tres meses, grandes compañías eléctricas eran sancionadas con cantidades incluso menores pese a actuar manifiestamente de mala fe al formalizar contratos sin el consentimiento del cliente. El agravio es más que evidente.

Queda clara, pues, la desproporción de la multa y la urgencia de que las leyes se adapten a una realidad que no se puede borrar de un plumazo a base de multas millonarias. Nuestros abuelos no pisaron la universidad, pero demostraban tener mucha más sabiduría que muchos «científicos» de hoy en día.