A euro
Lo siento, fue un error. El Tribunal Constitucional, por unanimidad, tras cinco años de deliberaciones, declara anticonstitucional la amnistía fiscal que el ministro Cristóbal Montoro aplicó para salvar a sus amigos de la banda y de otras bandas. La excusa era la necesidad de recaudar. El objetivo blanquear todo lo posible. Las consecuencias, muy claras, más de treinta mil malos contribuyentes se fueron de rositas pagando una cantidad ínfima. De los conocidos que se adscribieron a esta regalía de la banda de Rajoy, la mayoría está encausado o en el talego por asuntos de la corrupción. Toda una innegable declaración de complicidad.
En algunos párrafos de la sentencia del TC respecto a este asunto, el lenguaje empleado es de una contundencia que lo más lógico no sería pedir la dimisión de Montoro, sino su enjuiciamiento, junto a todos sus superiores, y que se abriera un expediente a la banda de Rajoy por anticonstitucionales. Usando violencia económica. Por favorecer, como dicen los jueces, la evasión fiscal. Parece un plan perfecto, un acto de demolición del equilibrio presupuestario a través de la fiscalidad progresiva y no un error, que es lo que ahora, hasta ese protofascista de apellido Hernando pone cara de pillo y asegura que nunca más lo harán.
Por eso y porque se pueda comprar un banco, que además es del Opus Dei, por un euro, fastidiar a cientos de miles de accionistas, engrosar la cartera de la Botín, uno cree que lo mejor, siempre, en todas las circunstancias es mirar algunos anuncios de cervezas que otro año compiten en hacer la historia más delirante y atractivo para sus intereses. Sin tapujos. Directos al grano. Cuesta mucho encontrar alguna caña a un euro, como ese banco de apellido Popular. Yo juraría que no existe un límite claro de la desvergüenza de esta banda.