Kosovo se enfrenta a la inestabilidad tras unas legislativas sin vencedor claro

Kosovo se enfrenta a un periodo de inestabilidad después de las elecciones legislativas del pasado domingo, que no dejaron un claro vencedor y obligan a la formación de exguerrilleros a intentar formar una mayoría para gobernar.

«La crisis política no se ha resuelto y eso quiere decir que el país no podrá seguir adelante» sin una mediación de la comunidad internacional, como la que ya hubo tras las elecciones de 2014, apunta el analista kosovar Belul Beqaj.

En esa ocasión la mediación llevó a la formación de una coalición del Partido Democrático de Kosovo (PDK) del presidente Hashim Thaçi, y a sus rivales de la Liga Democrática de Kosovo (LDK).

La «coalición de combatientes» agrupada en el PDK ganó con más de un tercio de los votos (34,75%), según el recuento del 90% de los votos por parte de la Comisión Electoral. Los otros dos principales partidos, –Vetevendosje y la LDK– obtuvieron el 26,4% y el 25,8%, respectivamente. Pero ambos descartaron ya durante la campaña electoral una coalición con los «guerreros», en particular, Vetevendosje, que mantiene unas hostiles relaciones con el PDK.

Tampoco parece probable una eventual alianza entre Vetevendosje y la LDK, ya que el primero se opone al acuerdo de normalización alcanzado en 2013 con Serbia, punto en el que se aproxima al candidato del PDK a primer ministro, el exguerrillero Ramsuh Haradinaj, considerado por Serbia como un criminal de guerra. La LDK, en cambio mantiene su apuesta por un diálogo con Belgrado.

Vetevendosje ha duplicado el número de votos obtenido en 2014, con un discurso de izquierda en los temas económicos y de lucha contra la corrupción, acompañado de una retórica nacionalista.

En este contexto, los serbios de Kosovo, que cuentan con diez de los 120 diputados, podrían tener algo que decir en la complicada búsqueda de una nueva mayoría. Para ellos, la prioridad es la organización de los municipios donde vive la minoría serbia, aún sin solucionar.