V.E.
CARTAS DE LA GUERRA

Con el beneplácito de la peor Berlinale

El hecho de lucir en el póster promocional que tu película ha sido presentada en un festival de clase A, suele ser garantía de calidad. Una prueba de que dicha cinta responde a unos estándares artísticos altísimos, solo al alcance de unos pocos afortunados. Pues bien, todo esto es cierto... a no ser que estemos hablando de la 66ª edición de la Berlinale. Y es que el año pasado, el comité de selección del certamen alemán se marcó la que para muchos fue, de largo, la peor Sección Competitiva jamás vista en un evento de este tipo.

Pues bien, “Cartas de la guerra”, de Ivo Ferreira, estuvo en aquella tristísima carrera por el Oso de Oro. No se llevó el premio gordo, por cierto. Ni ese ni ningún otro. Pobre saldo que duele más en el contexto de una de las más pobres cosechas festivaleras. La propuesta, en apariencia, es atractiva. A la práctica, (se) agota demasiado rápido. La intención es adaptar la novela epistolar autobiográfica de António Lobo Antunes, escritor, soldado y médico a partes iguales, atrapado por la tragedia del amor truncado por el estallido de la Guerra Colonial de Angola. La propuesta se colapsa debido a su vacuo narcisismo. A una apuesta formal que todo lo aglutina, y que se ve incapaz de transmitir un gramo de dolor.