Después de que un caza de Estados Unidos destruyera el domingo un aparato del Ejército sirio en la región de Raqa, al norte de Siria, un F-15 Strike Eagle estadounidense abatió ayer un dron de las fuerzas progubernamentales, de fabricación iraní, cerca de la región de Al Tanaf, en el sur de Siria, cerca de la frontera iraquí. Washington denunció que el dron había mostrado «una intención hostil». Hace dos semanas, EEUU ya había derribado un dron del régimen en Al-Tanaf, donde las fuerzas estadounidenses entrenan a grupos rebeldes sirios.

La coalición no permitirá a los aparatos de las fuerzas prorrégimen amenazar a la coalición y a sus fuerzas aliadas o acercarse a ellos.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, fueron rebeldes sirios de la facción Comandos de la Revolución respaldados por EEUU quienes derribaron el dron.

Tras el incidente de Raqa, Rusia ya había anunciado la suspensión de su canal de comunicación militar con Washington en Siria y señaló como objetivo de sus misiles a los aviones de la coalición al oeste del Éufrates. La amenaza hizo que Australia, miembro de la coalición, suspendiera de forma temporal sus misiones aéreas en Siria.

Australia tiene desplegados unos 780 miembros de sus fuerzas armadas en Irak y Siria, y colabora en los bombardeos aéreos en este último país.

Washington, por su parte, dijo que trabajará en el plano militar y diplomático por restablecer el canal de comunicación con Rusia, pero el derribo de ayer no acerca esa posibilidad. De hecho, aumentó la irritación de Rusia y su viceministro de Asuntos Exteriores, Sergei Riabkov, estimó que «este tipo de ataques se asemejan a una complicidad con el terrorismo».

El ministro de Exteriores , Serguei Lavrov, afirmó que Moscú espera explicaciones de Washington y que las ha solicitado a través del Ministerio de Defensa. Añadió que también pedirá próximamente explicaciones a su colega estadounidense, Rex Tillerson, sobre que el grupo yihadista Frente al-Nosra (ahora Fatah al-Sham) siga librándose de los bombardeos aéreos de la coalición liderada por EEUU.

Persecución a las familias de yihadistas en Irak

Mientras las tropas iraquíes cercan al Estado Islámico en su reducto del casco antiguo de Mosul, en las zonas de donde ya han sido expulsados los yihadistas, sus familiares se han convertido en objeto de persecución. Con amenazas verbales y a punta de pistola e incendios premeditados: los habitantes de la ciudad de Al-Qayara, en el norte de Irak, se han puesto en pie de guerra para expulsar a los familiares de los milicianos del ISIS después de tres años de ocupación y ejecuciones. Centenares de personas furiosas, algunas de ellas con armas ligeras, se manifestaron durante dos días consecutivos frente a las viviendas de los familiares de los combatientes del ISIS para exigirles que se vayan. La Policía los dispersó cuando entraron por la fuerza en varias casas. Un vecino, Husein al-Yaburi, dijo a Efe que no entiende la expulsión de sus vecinos como una venganza, sino como «justicia» ante la incapacidad del sistema judicial iraquí para castigar a los yihadistas por sus crímenes. En las provincias de Saladino y Diyala han ocurrido procesos de expulsión similares.GARA