El rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz, ordenó ayer la destitución de su primer heredero al trono, su sobrino Mohamed Ben Nayef, y el nombramiento, en su lugar, del hasta la fecha segundo, Mohamed Ben Salman, hijo del monarca.

El nombramiento supone la ruptura del orden sucesorio previsto en la monarquía saudí. Así, abre la puerta del trono a la segunda generación de la dinastía Saud, alejándose del liderazgo gerontocrático que ha tenido el clan.

Confirma, además, el fulgurante ascenso al poder de Mohamed Ben Salman, de 31 años, después de su nombramiento como ministro de Defensa. Según el decreto real, es nombrado también viceprimer ministro. Además, es consejero especial del monarca y preside el Consejo de Asuntos Económicos y Desarrollo, órgano que supervisa Saudi Aramco, la primera compañía productora de petróleo del mundo.

Por contra, el príncipe Mohamed Ben Nayef ha sido relevado de todas sus funciones, como heredero, como primer ministro y como ministro de Interior.

Con todo, el salto sucesorio va acompañado de la prohibición de que el nuevo príncipe heredero pueda nombrar a uno de sus hijos como heredero al trono, en un aparente intento de satisfacer a los diferentes clanes de los Saud.

La regencia de Mohamed Ben Salman puede llegar pronto, ya que el actual rey, de 81 años, que tomó las riendas de Arabia Saudí el 23 de enero de 2015, sufre problemas de salud. Como ministro de Defensa, Mohamed Ben Salman ha sido quien ha dirigido la intervención en la guerra en Yemen contra los rebeldes chiíes, un conflicto de más de dos años que ha asolado el país vecino y ha provocado hambrunas y epidemias. Una «guerra a largo plazo es de nuestro interés», afirmó, al destacar que la coalición controlada por Arabia Saudí tenía la ventaja de adquirir armas y municiones y de financiar sus operaciones.

La guerra en Yemen es un ejemplo de la agresiva política exterior que ha adoptado Riad bajo su influencia, sobre todo en la disputa regional con Irán, llegando a cuestionar a su aliado, Estados Unidos. Y, más recientemente, desatando una crisis con Qatar.

El nuevo heredero, diplomado en Derecho en la King Saud University, también es el principal artífice de un vasto programas de reformas económicas –Vision 2030– para reducir la dependencia del país del petróleo, y en el que propuso vender en bolsa menos del 5% del gigante petrolero Aramco, así como dotarse de un fondo soberano de 2.000 millones de dólares, el mayor del mundo.