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La angustia regresa a Bruselas y se dispara la alarma en Chicago

En plena sucesión de ataques en Europa y un día después que un hombre hiciera estallar una maleta en la Estación Central de Bruselas, un suceso similar disparó la alarma por un posible atentado yihadista en Chicago. Un hombre apuñaló a un Policía en el aeropuerto de Flint, en Michigan, lo que era investigado como posible «acto terrorista». En Bruselas, la Fiscalía indicó que el autor del ataque había fabricado la bomba en su casa y simpatizaba con el ISIS.

El ataque a un Policía en una forma similar a algunos de los últimos atentados yihadistas en Europa, hizo disparar la alarma en Michigan cuando en Bélgica aún se vivía la inquietud por el atentado en la Estación Central que evocaba ataques precedentes. Un agente de Policía fue apuñalado en un aeropuerto de la ciudad estadounidense de Flint en un incidente que las autoridades investigaban como un posible «ataque terrorista», si bien el FBI matizó que aún era demasiado pronto para determinar las motivaciones del asaltante, que fue detenido.

El Aeropuerto Internacional Bishop informó tras el incidente que «todos los pasajeros están a salvo y están siendo evacuados en estos momentos».

La víctima fue identificada como Jeff Neville, un teniente que trabajaba desde el año 2000 en el Departamento de Seguridad Pública del aeropuerto.

Fuentes citadas por varios medios aseguraron que el agente sangraba por el cuello al ser evacuado, si bien el FBI aclaró que se encuentra estable. Según testigos, el atacante gritó «Allahu Akbar» (Dios es el más grande) antes de perpetrar la agresión.

El FBI aclaró que se trató de un hecho «aislado» y apuntó que, a pesar de lo que pudo haber dicho el atacante, «es demasiado pronto» para sacar conclusiones concretas y determinar «si fue o no un acto de terrorismo».

«Habría podido ser peor»

Mientras, en Bruselas, a pesar de que las autoridades señalaban que el autor del ataque del martes habría fabricado su propio explosivo, alertaron de que las consecuencias habrían podido ser mucho más graves. El hombre de 36 años abatido el martes por la noche por un militar en la estación Estación Central-Bruselas tras hace estallar el explosivo que llevaba en una maleta habría podido causar numerosas víctimas, según la Fiscalía Federal belga.

«Habría podido ser mucho peor», declaró ayer Eric Van Der Sypt, portavoz de la Fiscalía. El ataque, a las 20,45, no llegó a causar ningún herido pero provocó el pánico en la estación en un contexto en el que los ataques yihadistas se suceden en Europa. Los hechos provocaron «un movimiento real de pánico que llevó a algunos pasajeros a atravesar las vías», según el portavoz de Infrabel, que gestiona la red ferroviaria belga.

Cuando el autor del ataque hizo estallar su maleta, que contenía clavos y bombonas de gas, al menos había una decena de pasajeros cerca de él en la planta intermedia que comunica el hall principal de la estación con los andenes.

Abandonó la maleta en llamas y bajó al andén persiguiendo a un jefe de estación. Mientras, la bolsa volvió a estallar, según el relato de la Fiscalía.

Después, volvió a subir al hall y al gritó «Allahu Akbar», se abalanzó sobre un militar, quien abrió fuego sobre él alcanzándolo en varias ocasiones. El atacante murió en el lugar a causa de las heridas.

Simpatía por el ISIS

La Fiscalía, que calificó los hechos como «tentativa de asesinato terrorista» identificó al hombre como Oussama Zariouh, nacido en enero de 1981 y de nacionalidad marroquí. Subrayó que no era conocido «por hechos de terrorismo» pero sí «por otros hechos».

Según Françoise Schepmans, alcalde de Molenbeek, donde el atacante tenía su domicilio, el hombre era conocido por «un caso de droga» que se remonta a 2016. Añadió que se trata de un individuo aislado. Medios locales apuntaron también antecedentes por delitos sexuales.

En el registro de su vivienda se encontraron «componentes químicos, así como material que puede servir para fabricar un explosivo», según la Fiscalía, que indicó que «parece que probablemente fabricó la bomba en ese lugar. Además, «algunos indicios parecen demostrar que tenía simpatía por la organización terrorista ISIS», añadió.

En el distrito de Molenbeek, en la metrópoli de Bruselas, tenían también su residencia autores de otros atentados ligados al Estado Islámico, como el supuesto organizador de los atentados de noviembre de 2015 en París (130 muertos), Abdelhamid Abaoud, y los hermanos Abdeslam.

Medidas de seguridad

«Se ha evitado un atentado terrorista en la Estación Central», afirmó el primer ministro belga, Charles Michel, en un Consejo Nacional de Seguridad con representantes de los servicios de seguridad. «No nos dejaremos intimidar por los terroristas», añadió Michel, confirmando que el nivel de amenaza establecido en el país se mantiene en 3 («posible y verosímil») en una escala de 4.

Sin embargo, anunció que «vamos a tomar medidas complementarias para los eventos que supongan la presencia de numerosas personas», en respuesta a una pregunta sobre dos conciertos del grupo Coldplay previstos para ayer y hoy en un estadio de Bruselas.

El cadáver del atacante fue levantado ayer por la mañana. La estación central de la capital belga, bloqueada durante la noche, funcionaba ayer ya con normalidad. El lugar de la explosión –donde hubo pocos daños– fue limpiado y repintado por la mañana.

Si el ataque de Michigan se produce solo unas horas después del de Bélgica, este siguió al ataque de la víspera en París, donde un yihadista lanzó su coche contra un furgón de la Gendarmería en los Campos Elíseos, no lejos del lugar donde otro yihadista mató a un policía hace dos meses.

La alarma es también constante en Gran Bretaña, con tres ataques en los últimos tres meses que han sido reivindicados por el Estado Islámico y que han causado un total de 35 muertos.

Bruselas ya había sido escenario de atentados asumidos por el ISIS el 22 de marzo de 2016 con explosiones en el metro y el aeropuerto de Bruselas que causaron 32 muertos.

 

La islamofobia en Gran Bretaña alimenta un círculo vicioso

«El miedo se extiende en nuestra comunidad. Esta gente quiere dividirnos, hay que vigilar y no caer en su trampa», advierte el imán de la mezquita Baitul Ahad en un barrio vecino al del ataque islamófobo del lunes, en el que murió una persona. Al grito de «¡Quiero matar a todos los musulmanes!», Darren Osborne atropelló a los fieles que salían de la mezquita de Finsbury Park, en el norte de Londres. Fue el desenlace lógico de la demonización de los musulmanes que hacen los tabloides y figuras de la ultraderecha, lamentan analistas británicos y líderes islámicos. Tommy Robinson, antiguo líder del grupo de ultraderecha Liga de Defensa Inglesa, tildó de «venganza» el atentado de Osborne. La escritora J.K.Rowling, por su parte, señaló cómo abordó Katie Hopkins, una columnista del tabloide “Daily Mail”, el atentado de Manchester en que murieron 22 personas,a l escribir: «Hombres occidentales. Son vuestras mujeres. Vuestra hijas. Vuestros hijos. Levantaos. Alzaos. Exigid medidas. No sigáis como siempre. Indignaos».

Los delitos de odio antimusulmán aumentan año a año. Según estadísticas del Gobierno, de las 260 detenciones por «terrorismo» en 2016, 91 fueron de blancos británicos, un incremento de 28% respecto a 2015 y el único grupo étnico en registrar un aumento. Fiyaz Mughal, fundador de Tell Mama, grupo que registra este tipo de incidentes, admite que el odio que movió a Osborne vino sobre todo de la violencia yihadista, pero cuando ocurre un atentado «se permite a titulares y columnistas vomitar el contenido más inflamatorio, solo como ciberanzuelo y para vender diarios».

En 2015, “The Sun” publicó el titular «Uno de cada cinco musulmanes británicos simpatiza con los yihadistas», que el órgano de control de la prensa tildó de «significativamente engañoso» por ser una interpretación muy sesgada de la estadística. «Desafortunadamente, es un círculo vicioso», indica Raffaello Pantucci, experto del Royal United Services Institute, pronosticando que, a su vez, el ataque alimenta reacciones de cólera de algunos musulmanes. «Y va a ser difícil detenerlo en este ambiente febril», apunta.GARA