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El ISIS destruye en su huida la icónica mezquita de Mosul donde proclamó su «califato»

El Estado Islámico (ISIS), acosado por las fuerzas iraquíes, destruyó el miércoles la mezquita Al-Nuri y su minarete inclinado, icono del casco antiguo de Mosul donde su líder proclamó su «califato» en 2014.


La mezquita Al-Nuri de Mosul, con su famoso minarete inclinado de 45 metros de altura y decorado con motivos geométricos, se hallaba ayer en ruinas después de que los combatientes del Estado Islámico (ISIS) la hicieran explotar la víspera en su huida, algo que ha generado conmoción e ira entre los habitantes de la ciudad. Desde el emblemático templo del siglo XII, situado en la Ciudad Vieja, el líder yihadista, Abu Bakr al-Baghdadi, proclamó la creación de un «califato» en junio de 2014.

«Esta mañana he subido al tejado de mi casa y me quedé de piedra cuando vi que el minarete Al-Hadba (el jorobado) había desaparecido», aseguró Nashwan, un vecino de la zona. «Sentí como si hubiera perdido un hijo mío», añadió.

El comandante de las Operaciones Conjuntas, general Abdelamir Yarala, calificó la destrucción de la mezquita como «otro crimen histórico».

Horas antes, las fuerzas iraquíes habían anunciado que se disponían a irrumpir «en las próximas horas» en el templo. Al parecer, se encontraban a 50 metros de la mezquita cuando el ISIS la hizo explotar. En un mensaje distribuido por la agencia Amaq, órgano de propaganda vinculado a los yihadistas, el ISIS acusó a la coalición internacional de destruir la mezquita en un bombardeo.

La destrucción de Al-Nuri podría acelerar las operaciones para expulsar al ISIS de su principal bastión en Irak, del que los yihadistas estarían huyendo, según las Fuerzas Armadas.

«Destruir el minarete Al-Hadba y la mezquita de Al-Nuri podría entenderse como un reconocimiento oficial de derrota», señaló el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, que consideró que los yihadistas han preferido bombardear el templo antes de ver cómo las tropas iraquíes, apoyadas por EEUU, retiraban su bandera, colocada en 2014 en lo alto del minarete.

«Hasta el final»

Los analistas de defensa coinciden con que la decisión de destruir la mezquita podría indicar que los milicianos se encuentran al borde del colapso, ya que siempre han mantenido que lucharían «hasta el final» para defender la mezquita.

La destrucción de la mezquita se produjo en la cuarta jornada de la ofensiva de las Fuerzas Armadas iraquíes en la Ciudad Vieja de Mosul, donde los yihadistas están atrincherados y oponen una fuerte resistencia.

«La batalla de Mosul no ha terminado aún», advirtió la coalición, mientras cientos de yihadistas seguían atrincherados junto a unos 100.000 civiles en la Ciudad Vieja, que fue durante varios siglos un importante cruce de rutas comerciales entre India, Persia y el Mediterráneo.