Raimundo Fitero
DE REOJO

Estafa

Vivimos un encierro trampa. Vale, era domingo, la ganadería debutaba, se debían tomar medidas preventivas, pero sacar nueve cabestros para arropar a seis toros, en mi cuadrilla lo consideramos una auténtica estafa. Las pochas del almuerzo  fueron regadas con buen clarete y al llegar a las carrilleras ya habíamos determinado que era un signo del fin del mundo. Nadie madruga para ver correr a esos capados con cencerros. Se zanjó la discusión advirtiendo de que han convertido los encierros en un parque temático.

Y volvimos a nuestras consideraciones políticas recordando nuestra intención de crear un partido para que tras un referéndum legal se cambiara la ley de sucesión y Froilán de Marichalar y Borbón pudiera acceder al trono. De momento, el muchacho, ya está en los tendidos de la plaza de Iruñea. Lleva buen camino y tiene dos castas en su sangre para tener fundadas esperanzas.

Lo que sucede es que ahora la prensa del movimiento anda a tope con el arresto domiciliario de Leopoldo López. En TVE se están poniendo las botas. Llevan horas con esta noticia. Han entrevistado hasta al portero de un puticlub donde fue una vez uno que dijo que era de la oposición al chavismo. Magnífica cobertura compañeros. La manifestación de Madrid fue gloriosa. Lo menos había cuarenta manifestantes  y doscientas cámaras de la prensa española.

Nos queda una espina, un dolor, una tragedia, algo que hay que analizar con calma, el accidente mortal de un bailarín de danza vertical en un festival musical. Muerte en directo. Al grupo de música que le tocaba actuar no se le comunicó la defunción. Tocó. ¿Es lícito, ético, humano? Dicen los organizadores que fueron órdenes de las fuerzas de seguridad para evitar avalanchas. Otra estafa. A la dignidad de un trabajador de la cultura.