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JO PUNTUA

Heroínas


Las chicas siempre hemos buscado ávidamente en las pantallas y en los libros, también en la vida por supuesto, tenemos unas cuantas muy cerca, mujeres que conjuren la inacción y la derrota a la que nos destina el patriarcado. Mi posibilidad de ser quien siempre fui no habría sido la misma de no haberme topado con todas ellas. Y con las que están por venir.

Las matonas lascivas de “Faster Pussycat”, “Kill Kill” y, entre ellas, la explosiva Tura Satana. Xena la princesa guerrera peleando sin tregua desde su bondad radical. Pamela Anderson dando caña en “Barb Wire”. Pam Grier saliéndose con la suya, con todas las cartas en contra y desde su turbadora belleza cincuentona, en “Jackie Brown”. El legendario duelo entre Uma Thurman y Lucy Liu, con sus katanas de Hattori Hanzo, mientras nieva dulcemente y suena “Don’t Let Me Be Misunderstood”, con esa épica que el cine había reservado siempre para ensalzar a enemigos honorables, hombres, en “Kill Bill”. Las chicas con las que nunca esperó toparse el depredador en “Death Proof”. Rosario Tijeras devolviendo violencia. Esas chavalas desahuciadas del extrarradio argelino francés, follando y matando como posesas en “Baise-moi”, por las que la brava Virginie Despentes ha pagado un precio tan alto y que volvería a lanzar contra el mundo mil veces. Leticia Dolera, enfurecida, empuñando una rotaflex el día de su boda contra los zombies endemoniados en “Rec 3”. Charlize Theron acelerando contra el tirano en “Mad Max: Fury Road”. Esa negra irreductible con su sable llamada Michonne horizontalizando el apocalipsis zombie. Daenerys a punto de conquistar los Siete Reinos en “Juego de Tronos”. Y el decimotercer Doctor Who será una mujer, acaban de confirmarlo.

Aquella niña de ocho años que fui, reanimando a su amatxo inconsciente en el suelo, llora esta vez de victoria al verse reflejada en tantas mujeres que devuelven el golpe. Astrid acaba de revelármelo desde la cárcel de mujeres de Cali: «Ese pequeño abismo entre la heroína y la que no lo es, decididamente, tiene que ver con lo que hacemos con el miedo».