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DE REOJO

Igualdad


Nada menos que en la mítica televisión pública británica, la BBC, se ha desatado una lucha reivindicativa de las presentadoras para que sus sueldos se igualen con los de los presentadores. Las artistas del cine norteamericano están en la misma pelea: buscar la igualdad de salarios por protagonismos similares. Digamos que esta reclamada y justa igualdad se solicita desde posturas de fuerza, se trata de profesionales que concitan tanto público como sus coprotagonistas o presentadores varones. Pero existen reticencias, se mantiene un atavismo inculcado desde la noche de los tiempos que está recargado por el machismo pragmático y por la circunstancia de que la inmensa mayoría de los directivos y ejecutivos de televisiones o productoras son varones.

Si en estos lugares de cierta consideración liberal, donde se mide el valor con tasas de audiencia y de cuenta de resultados se mantiene esta desigualdad, hay que imaginarse cómo funcionará en todo el escalafón de actrices secundarias, ayudantes de redacción, sustitutas de líderes de audiencia y demás rubros del organigrama. Son sistemas jerarquizados, en donde la distancia de salario entre un presentador de tirón y sus guionistas que son los que le proporcionan las gracias, los chistes y la inspiración es abismal. Cierto es que probablemente el mismo programa con la cara del mejor guionista presentándolo sería un desastre de audiencia.

Dosis de Trump: ya no aparece frente a los corresponsales políticos en la Casa Blanca, Sean Spicer, el propagador de los “hechos alternativos”, el portavoz del Gran Mentiroso. ¿Dimisión o cese? Un tipo cínico, capaz de hacer de la posverdad un canto religioso y que lograba grandes audiencias en sus apariciones. Su sustituto anda borrando mensajes en las redes contra su actual jefe. Un buen lío.