09 AGO. 2017 La inversión en la red actual puede llevar la línea del TGV a vía muerta El presidente de la Mancomunidad Vasca confirmó ayer que, en la reunión que mantuvo el 1 de agosto con responsables de la SNCF, recibió la confirmación de una inversión millonaria en la red existente, lo que le lleva a pensar que la compañía se plantea enterrar el proyecto de nueva línea de alta velocidad para enlazar Euskal Herria con París. Maite UBIRIA BEAUMONT BAIONA Jean-René Etchegaray mantuvo una reunión de trabajo, el primer día de agosto, con responsables de la compañía ferroviaria francesa, SNCF, tras la que mostró vía twitter su satisfacción por «el buen ambiente» en que se desarrolló el encuentro. Sin embargo, ayer el también presidente de la Mancomunidad Vasca fue más allá al detallar que recibió, de boca del directivo de la SNCF Guillaume Pepy, la confirmación de que la compañía se dispondría a hacer «una inversión colosal», en palabras de Etchegaray, para modernizar la línea ya existente, en el tramo vasco que enlaza Euskal Herria con París. Pepy habría cifrado ese compromiso de inversión en el tramo Baiona-Hendaia en 20 millones de euros. Y la compañía tendría la intención de abordar el ámbito hidraúlico de esos trabajos a partir de 2018, con la intención de completar la modernización de la infraestructura en los dos siguientes años. Etchegaray no se conformaba con mostrar su satisfacción por ese compromiso sino que se adentraba en un terreno más especulativo al considerar que lo abultado de la inversión planteada para «refrescar» la infraestructura ya existente conduce a pensar que el proyecto de nueva línea de alta velocidad, que lleva varios años en el congelador por imperativos económicos pero nunca ha sido descartado del todo, pueda quedar definitivamente varado en vía muerta. Tareas de «spoiler» Las declaraciones matinales a una emisora de radio local eran matizadas horas después por Etchegaray en conversación con ‘‘Mediabask’’. El primer edil de Baiona, sin retractarse de sus palabras, sí trataba de resarcirse del papel de «spoiler» jugado al destripar un guión, el de la alta velocidad, que se escribe en despachos situados a centenares de kilómetros de Euskal Herria. «No estoy habilitado para hacer anuncios en lugar de los responsables de este dosier tanto en la SNCF como en la región Nueva Aquitania» matizaba el presidente de la Mancomunidad Vasca al citado medio digital, no sin reiterar su alegría por «una inversión necesaria que permite además pensar en una evolución distinta respecto al proyecto del TGV». El CADE, vigilante hasta el abandono definitivo El CADE ha canalizado la oposición social al TGV en Ipar Euskal Herria. Ahora que parece que el proyecto podría abandonarse, su presidente, Victor Pachon, señala a GARA que «hay que seguir vigilantes» porque «aunque la noticia es importante, todavía no es definitiva». Ante el anuncio de que el directivo de la SNCF Guillaume Pepy habría confirmado que se renovarán las líneas férreas existentes, se muestra también cauto por la falta de seguimiento político que pudiese esconder dicha afirmación. Desde el CADE aseguran que la decisión definitiva puede llegar en unos meses, una vez celebrado el Foro de debate sobre la Movilidad, en octubre. Para que dicho paso llegue cree que hará falta una gran «valentía política» por parte de los electos frente a la presión del lobby pro-TGV. «La resolución podría llegar en dos meses o en cinco años», advierte Pachon. A pesar de la precaución, el colectivo muestra una gran alegría ya que vislumbra que una larga y dura batalla puede estar llegando a su fin. Pachon se congratula del trabajo realizado por los militantes de las diferentes asociaciones durante los últimos 25 años, y sobre todo del cambio de mentalidad en la sociedad, que el trabajo de la coordinadora ha propiciado. Idoia ERASO DINEROLa ganancia económica era el argumento de predilección de los partidarios de la nueva línea. La falta de dinero motivó la congelación del proyecto y una inversión millonaria en la red existente podría servir, quizás, para cerrar el capítulo de una infraestructura a la que se opone la mayoría social e institucional de Ipar Euskal Herria.