ANA SAEZ IRALA
Donostia
GUTUNAK

Turismo en Donostia

Últimamente en Donostia no se habla de otra cosa: el turismo. Que cada vez hay más, que este año más que nunca, que se nos está yendo de las manos… El donostiarra hace mucho que sabe que aventurarse a poner la toalla en la Concha o a disfrutar de un helado en el Boulevard o el Náutico en época estival es rodearse de turistas. A los que pedimos reflexión y medidas de contención ante este fenómeno, se nos responde con el clásico «¿y tú, que? Tú también viajas en vacaciones». Habría que aclarar que en ciertos lugares y temporadas del año, la concentración de gente es habitual y puede llegar a ser asumible y hasta deseable. La cuestión es otra.

La cuestión es que en Donostia uno de los principales problemas de los locales es el de la vivienda: las dificultades, especialmente en el caso de la juventud, para acceder a una. Pero, al mismo tiempo, el de la construcción y compra-venta de viviendas es uno de los mayores negocios. La oleada de hoteles y apartamentos (legales e ilegales) asociada a la oleada turística no hace más que dificultar la garantía del derecho a la vivienda de los donostiarras.

Al mismo tiempo, los precios en la ciudad se están adecuando a los salarios de los visitantes, dejando a muchísima gente trabajadora que reside en ella fuera de la opción de disfrutarla. El empleo que crean los negocios turísticos no suele ser buen trabajo: temporalidad, sueldos bajos…

Al fin y al cabo, la idea de que el turismo trae riqueza a la ciudad se está despedazando ante nuestros ojos. El turismo masivo y las políticas para favorecerlo nos están haciendo cada vez más difícil poder vivir en Donostia. La riqueza que acarrea va a para a manos de unos pocos y la mayoría de donostiarras estamos pasando a ser ciudadanos de segunda.

Yo también viajo en mis vacaciones; voy a playa y como helados. Pero yo, desde luego, no me considero cómplice de ninguna especulación, explotación ni expropiación. Y he ahí la verdadera cuestión a discutir y solucionar. Primero Donostia para vivir y después, si eso, Donostia para visitantes.